Mi Columna
Eugenio Pordomingo (1/11/2012)eugenio-pordomingo
Por casualidad llegó a mis manos un trabajo de Daniel Estulin, escritor y especialista en el Club de Bilderberg, titulado «España será sacrificada» que, sin duda, me llamó la atención. El ruso Daniel Estulin, autor de «La historia definitiva de El Club Bilderberg», editado por Ediciones del Bronce/Planeta, fue arrastrado -lo dice él- a un mundo oculto de intrigas y secretos, para escribir se libro. Según la editorial, Estulin «ha realizado una serie de trascendentes descubrimientos sobre cómo se gobierna el mundo». No ha sido el único, por supuesto, ni el primero en hablar sobre el tema.  La mayoría de los autores que se han adentrado en esa trama de poder coinciden en afirmar que  el origen de este «moderno poder mundial» reside en El Club Bilderberg.

En el mes de mayo de este año, cuando las flores emergen, en Chantilly (Virginia, Estados Unidos), con las máximas medidas de seguridad que pagamos todos los ciudadanos del mundo, se reunieron lo más discretamente posible, los miembros del poderosos Club Bilderberg, alrededor de 150.

Una anécdota, la reina Doña Sofía no asistió a esta reunión, lo que es significativo, ya que es la primera vez que lo hace en muchos años. Pero, quien si estuvo fue la Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, cuyo poder quedó allí capitidisminuido.

La misma discreción que emplea el Club Bilderberg para reunirse la trató de emplear la vicepresidenta española, anunciando en la página de Internet de Moncloa que iba a Washington para entrevistarse con Christine Lagarde, la directora del Fondo Monetario Internacional, y Thimoty Geithener, secretario del Tesoro de Estados Unidos.

Asiduos a las tenidas de ese club son, entre otros, José Manuel Entrecanales (Acciona), Matías Rodríguez Inciarte (Banco Santander), Juan María Nin (Caixabank) y Juan Luis Cebrián (Grupo Prisa) -se dice  que es el delegado de Bilderberg para España-; más alejados en el escalafón bilderberiano se encuentran César Alierta (presidente de Telefónica),  Joaquín Almunia (comisario europeo),  Jaime Carvajal Urquijo (financiero e íntimo amigo del rey Juan Carlos), Javier Solana, Jordi Pujol, Pedro Solbes, Rodrigo Rato, Juan Antonio Yáñez Barnuevo, Narcís Serra y Ana Patricia Botín. Felipe González, José María Aznar, María Dolores de Cospedal, Miguel Ángel Moratinos, Trinidad Jiménez, Esperanza Aguirre y otros políticos han sido invitados en alguna ocasión.

En una segunda parte daremos cuenta del nacimiento de ese club y de algunas de sus  «decisiones» más importantes para alterar el nivel de vida y la convivencia diaria de millones de ciudadanos del mundo.

Pero volvamos a Daniel Estulin y su análisis sobre la última tenida de este grupo. Dice el escritor que a lo largo de tres días los banqueros europeos, funcionarios del gobierno estadounidense y gestores financieros internacionales tuvieron «tensas discusiones a puerta cerrada en el conocimiento de que Alemania está extendiendo el crédito endeudando al resto de Europa».

Parte del relato de esa reunión comienza así: «Un alemán Bilderberger señaló que los recursos de Alemania son finitos», mientras que otro miembro de la misma nacionalidad afirmó: «sería imposible en el enrarecido clima político y económico actual convencer a los votantes alemanes para apoyar a España, un país plagado por la corrupción y la ineficiencia.»

El mensaje clave de la reunión -afirma Daniel Estulin– es que contra viento y marea «es imperativo preservar el funcionamiento del sistema bancario». Las medidas que se están tomando ya las padecemos los europeos, pero con más crudeza los españoles.

mariano-rajoy-y-el-reyAtónita por lo que escuchaba, y con ciertas dosis de osadía y pundonor, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría sacó a relucir el tema de la «responsabilidad», afirmando que Alemania  debería emitir eurobonos para salvar el sistema. La respuesta fue más que elocuente, afirma el escritor ruso: «piérdete niña», le vinieron a decir.

Los eurobonos estarían garantizados por Alemania, pero los PIIGS (Cerdos en inglés por las iniciales de Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España) los gastarían en su mayor parte, recoge el escritor.

La conclusión de la reunión sobre este asunto no pudo haber sido más nefasta para el futuro inmediato de España. España va a ser sacrificada en el altar de las altas finanzas. «¿Por qué querríamos salvaros si España ha mentido sobre el alcance de sus problemas financieros?», preguntó uno de los participantes alemanes a Soraya Sáenz de Santamaría: «Vuestro sistema bancario no vale nada. ¿Tenéis acciones que puedan ser de interés para alguien?», la respuesta fue un rotundo «NO». Son constataciones de Estulin.

A continuación los bilderberianos le refregaron por su rostro -a la vicepresidenta- una lluvia de datos sobre la corrupción en España, la fuga de depósitos bancarios, la burbuja inmobiliaria, el elevado número de políticos a costa del erario público, el enorme número de préstamos impagados, el desempleo que no cesa, etc., etc.