Eugenio Pordomingo (6/12/2006)evo-morales1
Eres el Presidente de Bolivia. Tu pueblo, que  te ha elegido de forma democrática,  te necesita. Tienes la oportunidad histórica de hacer muchos cambios. Pero para ello debes actuar con prudencia, paciencia y sentido del equilibrio. Ya sabes, eso de que los pasos firmes y los más seguros, esos que casi no se sienten, son los que mueven el mundo.

 Nosotros, desde estas modestas páginas en internet, apostamos por ti. Nuestro instinto, fino olfato de los movimientos de los pueblos, así nos lo anunciaba. Has ganado y ahora, aquí, en España, cuando se refieren a ti, no son pocos los que aluden a ese «indígena», «ese cocalero». No te preocupes, seguro que muchos de los que así vociferan, con lengua bífida, tienen los conductos nasales y las venas marcadas por la coca, pero ya manipulada en laboratorios occidentales.

 Has venido con jersey, sin corbata ni traje. Seguro que con escaso equipaje personal y con el neceser con pocos potingues de perfumería. Sólo con lo justo para estar limpio, aseado, afeitado y decente. De lo último no tenemos duda, al menos el que firma esto.

 Aquí, en nuestra querida España, te han criticado por declaraciones referidas a la etapa de la colonización. En tu caso, con la historia de tu pueblo a las espaldas, con tu experiencia y con la educación recibida, muchos harían lo mismo.

 Has venido a España, después de tu importante victoria electoral, tan necesaria y tan justa. Has iniciado una gira internacional antes de coger el bastón de mando, conocedor de que cuando entres en el Palacio del Gobierno en la Plaza Murillo,  tendrás poco tiempo para viajar fuera del país. Tu alianza, natural por otro lado, con Chavez y Castro, está comenzando a dar quebraderos de cabeza a  Bush.   

 Vas a gobernar uno de los países más pobres de Hispanoamérica, tal vez el número uno, y lo es porque la distribución de la riqueza es muy injusta y desigual; tremendamente desigual. Bolivia tiene recursos naturales suficientes como para que su población no esté en la miseria. Pero, mira, Evo, te vas a enfrentar con muchos problemas. Uno de ellos, quizás, el más importante, va a ser la postura que adopte EE. UU.

 Los EE.UU. no han hecho más que poner trabas a vuestro desarrollo, apoyar regímenes militares antinacionales, permitir que en sus bancos se recojan los dineros evadidos y provocar graves conflictos internos. Y, a veces, emplear medios sucios, muy sucios, cuando no criminales, para terminar con las protestas sindicales y las reivindicaciones laborales.

Pero, no creas -bueno, tú ya lo sabes- que los demás han sido unos santos. Ahí está el llamado «poder catalán», con REPSOL-YPF a la cabeza, sin excluir a otras empresas españolas como Telefónica, PRYSA, Indra, BB-V, Iberdrola, Red Eléctrica, etc.

 España, por boca del Presidente del Gobierno, de sus ministros y del presidente de la CEOE, te ha reclamado «seguridad jurídica para las empresas». Lógico, a nadie le gusta que le expolien y le confisquen lo invertido. Pero, ¿algunos de los que te han pedido eso se han parado a pensar cómo vivirían ellos con 100 euros al mes?

 No voy a describir lo que no se puede hacer con 100 euros al mes -eso cuando se tienen-, por eso Evo, hazme caso. No divulgues a los cuatro vientos lo que vas a hacer, no amenaces, no suscites temores infundados en el cuerpo de esas almas depredadoras. Vosotros, los bolivianos, sois los amos de vuestros recursos naturales. Negociar con ellos de forma justa. Tú lo has dicho muy bien: «Queremos socios, no amos».

 Ahora tienes que tener cuidado, pues lo primero que te van a hacer es tratar de ponértelo muy difícil en el Senado, donde no tienes mayoría. Después empezarán a tratar de fomentar la división del país, primero con ambiciones autonomistas inconfesables, la mayoría de las veces instigadas y fomentadas desde fuera; después vendrán protestas militares y policiales; después… 

 No permitas, eso sí, el más mínimo atisbo de corrupción, de prepotencia ni de nepotismo entre los tuyos; mira lo que le está sucediendo a Lula; ni seas revanchista. Actúa, te repito, con sentido del equilibrio, y sin que te tiemble la mano. Y sé justo, ya sabes lo que dijo  el sabio: «donde hay justicia no hay pobreza».

 Tú tienes la «sartén por el mango», como decimos acá. Que no te amenacen  con no invertir o retirarse. Es mentira, lo que pretenden es presionarte; chantajearte, en plan elegante y con argumentos legalistas.

 Aquí, has hablado con políticos, empresarios y sindicatos. Hasta con el Rey.

 Y has almorzado en el comedor de la CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales), donde mil y una estrategias política, sindical e internacional, se han pergeñado. Con seguridad te han tratado bien. Muy bien. «Tiene cara de buen chico», habrán comentado después, entre ellos…

 Tienes presencia, altura física, hablar pausado, midiendo las palabras, como el que no quiere herir, pero eres profundo y claro en tus manifestaciones, valiente y decidido en tus actos.

 Queremos socios, pero no ser esclavos…