España
Oscar Riaño (19/7/2007)ayuntamiento-de-malaga
La dimisión del reelegido alcalde de Mijas (Málaga), Agustín Moreno, ante el escándalo producido por fijar su retribución anual en 126.000 €, deja entrever, una vez más, el desbocado manejo de los recursos públicos.

Agustín Moreno, médico y, por si acaso, jefe de los Servicios Sociales y Sanidad del Ayuntamiento que venía presidiendo como regidor, ha explicado que todo se debe a su política de «transparencia».

Asegura que, en otros municipios, las retribuciones de los ediles son superiores aunque camufladas parcialmente por la asistencia a Consejos de Administración de empresas municipales.

Las subidas de los emolumentos y las ventajas en cuanto a jubilaciones de los parlamentarios, así como los gastos reservados del presidente del Gobierno y de los Ministros constituyen otros tantos hechos escandalosos, que elevan la ley del embudo, a favor de los cargos públicos, desde el ámbito local al estatal.

En cuanto a la extensión de la corrupción municipal, recuerda un fenómeno histórico similar en Estados Unidos en el cambio de siglo XIX-XX. Aquello dio lugar al nacimiento de los muckrakers («rastrilladores de estiércol», periodistas y escritores calificados con aquel remoquete peyorativo por el Presidente Theodore Roosevelt y que ellos incorporaron con orgullo). Lincoln Steffens, Ida M. Tarbell, Upton Sinclair y otros pioneros del Periodismo de Investigación iniciaron sus demoledoras acusaciones tanto por la corrupción en municipios de USA como por los abusos de las grandes corporaciones. Steffens publicó, entre octubre de 1902 y noviembre de 1903, su recordada serie «La vergüenza de las ciudades».

Aquí, desde luego, políticos como aquellos no faltan. ¿Hay periodistas equiparables a los mencionados?; eso es harina de otro costal.