Mi Columna
Eugenio Pordomingo (12/11/2007)eugenio-pordomingo
Algunos medios de comunicación aluden a que la tensión vivida en La XVII Cumbre Iberoamericana, celebrada en Santiago de Chile (Chile),  entre el Rey de España y el Presidente de Venezuela,  se debió a que Hugo Chavez  tachó de «fascista» al ex presidente del gobierno español, José María Aznar, pero no es cierto. La tensión entre los gobiernos de Venezuela y España viene de lejos y es profunda.

La crisis entre los dos países se remonta al 11 de abril del año 2002, cuando el Presidente Chavez fue desposeído de su cargo mediante un golpe de Estado propiciado (como cabeza visible) por el empresario Pedro Carmona, que se autonombró presidente de Venezuela. La situación duró escasos dos días, ya que las presiones internacionales y un sector importante del pueblo venezolano se opusieron. Tan sólo Estados Unidos y España acudieron al Palacio del Gobierno en Miraflores para apoyar al presidente de Fedecámaras, asociación patronal, Pedro Carmona.

De aquellos lodos, estos barros…

Tras la intervención del Presidente Chavez acusando a Aznar de «fascista» y de ser una «serpiente», intervino Rodríguez Zapatero, que pidió la palabra para responder al presidente venezolano. Entre tanto, el Rey Juan Carlos I se mostraba intranquilo, visiblemente nervioso; de hecho,  apuntó en dos ocasiones a Chávez con el dedo índice, mientras el jefe del gobierno español hablaba.

Zapatero se expresó así: «Estamos en una mesa donde hay gobiernos democráticos, que representan a sus ciudadanos en una comunidad iberoamericana que tienen como principios esenciales el respeto. Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica, no seré yo el que esté cerca del ex presidente Aznar, pero el ex presidente fue elegido por los españoles, y exijo, exijo…»

Chávez no dudó en exigir: «Dígale a él que respete….»

Zapatero: «Exijo que tú, un momentín….»

Chávez: «Dígale lo mismo a él».

Zapatero: «Exijo ese respeto, por una razón; además…»

Chávez: «Dígale lo mismo a él».

Zapatero: «Por supuesto».

Chávez: «Dígale lo mismo a él…».

En ese momento el Rey Juan Carlos explotó: «¡Por qué no te callas!». Y a continuación se levantó, abandonando la reunión.

Nerviosa, la presidenta de Chile y anfitriona de la Cumbre,  Michelle Bachelet, medió: «Por favor, no hagamos diálogo, han tenido tiempo para plantear su posición, presidente, termine».

Chávez no se amilanó: «Podrá ser español el presidente Aznar, pero es un fascista y es un…»

Nueva intervención de Zapatero: «Presidente Chávez, creo que hay una esencia y es que para respetar y para ser respetado, debemos procurar no caer en la descalificación. Se puede discrepar radicalmente de las ideas, denunciar los comportamientos, sin caer en la descalificación».

La  Sala de Prensa pudo escuchar en directo ese enfrentamiento, ya que el debate se estaba transmitiendo, pero cuando los diálogos alcanzaron su momento más álgido, dejaron de escucharse…

Más tarde, la Agencia Boliviariana de Noticias, difundió que el Presidente Chávez  había dicho que «con la verdad ni ofendo ni temo». No mucho después, Chávez, manifestó en una intervención que tuvo como escenario un centro universitario en Santiago de Chile, que  «ni vi ni oí al rey, porque yo no estaba hablando con él. Él es tan jefe de Estado como yo lo soy, con la diferencia de que yo soy electo y tres veces con 63 por ciento (…) el que quedó muy mal fue el que pierde el control y entonces manda callar pensando que todavía somos súbditos del siglo XVII, siglo XVIII».

De nada sirvió la postura conciliadora de la presidenta Bachelet, que manifestó en una rueda de prensa, que «la disputa reflejó la diversidad de posturas y el apasionamiento en la reunión».

La Cumbre fue escenario de más enfrentamientos. Por ejemplo, el habido entre Argentina y Uruguay, por la instalación de dos plantas productoras de pasta de papel próximas a la frontera entre los dos países; conflicto en el que ha mediado el Rey Juan Carlos, con escaso éxito. Por cierto, que nada más dar comienzo La XVII Cumbre Iberoamericana, la empresa Metsä-Botnia, propietaria de la «celulosa» que  se instaló en la margen del río Uruguay, anunció que ese mismo día comenzaba a operar…

Pero, el Rey de España, tuvo que aguantar lo suyo en esta Cumbre, que más bien pareció «Cumbres Borrascosas»Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, y Evo Morales, de Bolivia, se mostraron muy severos respecto a la privatización de los servicios públicos de agua potable y electricidad, en los que empresas españolas han estado muy volcadas, con negativos resultados para los ciudadanos de estos dos países.

Después de todo este embrollo, vinieron algunos dislates más, como que desde la sede central del Partido Popular se criticara al Presidente del Gobierno español, al que de alguna forma se le culpaba de lo sucedido, mientras Aznar le escribía dándole las gracias…

A todo esto, seguro que Nicolas Sarkozy, se estará frotando las manos de gusto…