espacioseuropeos.com (27/12/2007)
El 25 de este mes, Navidad, los familiares más cercanos al dictador Teodoro Obiang Nguema le esperaban en Mongomo (Continente) para almorzar. Todos estaban muy tensos. Obiang se retrasó algunas horas. Cunado llegó la bronca no se hizo esperar.

Lo de menos es aportar datos sobre quién fue el portador (hubo más de uno), pero la verdad es que le exigieron que abandonara el poder de una vez y cederlo a otro del «clan» familiar. Obiang se resistió y el almuerzo navideño terminó como el «rosario de la aurora».

Atrás había quedado la jornada del día 24 donde -de momento no aportamos más datos ni nombres- se produjo una «intentona» para apartarle del poder (a Obiang), que fue abortado, y no tanto por la eficacia de los aparatos represores del régimen, sino más bien debida a la imprecisión, falta de organización y cierto temor de los «conspiradores». Una vez más la operación «recambio familiar» ha resultado fallida.

Las cancillerías ubicadas en Malabo no cesan de remitir «mensajes» a sus respectivos gobiernos. Occidente no se puede permitir otra zona «caliente» y es de esperar -al menos eso tratan de hacer- que antes de una «sorpresa» incontrolada, coloquen a una persona capaz de tomar las riendas de Guinea Ecuatorial.

Pero, ¿qué hacer con Obiang Nguema y acólitos? Esa es la cuestión…