Javier Perote

España
Javier Perote (28/2/2008)
Sí; la Secretaría General del Centro Nacional de Inteligencia envió un informe falso al Defensor del Pueblo, y éste, a sabiendas de que le mentían, lo utilizó como excusa para denegar su amparo a una funcionaria que denunciaba la violación de sus derechos constitucionales por parte de la dirección del CNI.

El informe aludido, dada su procedencia, es de suponer que es el mismo de fecha 05-02-2007, firmado por la Secretaria General en el que se exponen los cargos contra la funcionaria. Los mismos contra los que ésta está recurriendo; es decir: el Defensor del Pueblo, no entra a analizar los hechos sino que simplemente se sitúa a favor de la Administración, traicionando lo que es la razón de su existencia: la defensa de los ciudadanos. Lamentablemente esta actitud parece que es bastante frecuente. ¿Para qué sirve el Defensor del Pueblo? se pregunta la gente.

El Diputado en el Congreso, Don Luís Mardones dirige una pregunta al Ministro de Defensa relacionada con las irregularidades cometidas por el CNI en el nombramiento de su personal destinado en el extranjero; el Ministro, dice que no sabe nada del asunto. Es decir: un cargo político elegido a dedo ¿miente? a un representante del pueblo cuando éste actúa en defensa de los intereses de la ciudadanía; que es su deber. ¿O fue el CNI quién mintió al Ministro y le ocultó la verdad?

Don Francisco Garrido Peña, Diputado del Grupo de “Los Verdes”, muestra su preocupación por la violación de los derechos constitucionales que sufre el personal perteneciente al CNI. Ni le contestan.

El firmante del presente escrito dirigió a la Vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de La vega, un informe sobre lo que estaba ocurriendo en el CNI. No se tuvo acuse de recibió hasta cinco meses después.

Estos abusos de autoridad sufridos por miembros del CNI tienen su origen en el Estatuto del personal, de dudosa constitucionalidad, y en el arbitrario uso de las prerrogativas de que dispone la Dirección del Centro en el ejercicio de sus funciones. El personal del CNI no se puede sindicar, ni hacer reclamaciones o presiones de forma colectiva, ni protestas conjuntas, ni acudir a los medios, etc. El que intenta defenderse se va a la calle; es la sutil forma de esclavitud del siglo XXI.

Están indefensos ante la Dirección del Centro y ¡ojo! ésta siempre es política.

Aunque se ponga una denuncia contra la Administración, ésta siempre tiene ventaja pues la Justicia es lenta, y los culpables nunca responden ante ella; cuando se dicta sentencia, ya han dejado sus puestos y en su lugar están otros. Mientras tanto a la víctima se le ha causado daños materiales y morales irreparables. ¿Cómo defenderse, entonces?

Esta funcionaria, M.C.S.R., ha utilizado todos los medios éticos y legales a su alcance: El Defensor del Pueblo, los Diputados del Congreso, cartas denuncia al Ministro, a la Vicepresidenta, a la Dirección del Centro, pero todo ha sido inútil. Por supuesto, también ha recurrido a la Justicia ordinaria, pero ya digo que ésta es lenta y ¡¡¡a saber cuándo se pronunciará!!!

Pero no siempre estos dirigentes son tan estrictos. Cuando se trata de ellos mismos tienen la manga más ancha. Así vemos como la Secretaria General del CNI, Esperanza Casteleiro Llamazares, que tiene consideración de Subsecretaria de Estado, no tiene inconveniente en que su marido figure como beneficiario en su cartilla de la Seguridad social. Lo cual podría hacer sospechar que su marido aunque disfruta de sus beneficios no paga la Seguridad Social. También tenemos que esta ahorradora subsecretaria cuando estuvo destinada en Brasil se llevo a su marido y le colocó a trabajar en Cooperación (AECI) en clara incompatibilidad con lo establecido en el Convenio de Viena.

Con frecuencia tenemos la sensación de que la sociedad ha experimentado una pérdida de valores morales. A veces nuestro silencio y nuestra dejadez son culpables de esa pérdida de valores. Recientemente se ha producido otro hecho escandaloso, nuevamente contra una mujer. Y también ésta comunicó lo ocurrido a la Vicepresidenta del Gobierno. Pero esta señora parece estar lejos de los problemas de la gente.

La mejor forma de terminar con tanto abuso es la denuncia, que es lo que pretendo con este escrito y el informe adjunto.

Lo que les ha ocurrido a estas funcionarias le puede ocurrir a cualquiera: a Vd. mismo o a alguien de su familia. Por eso le pido que contribuya en la denuncia de los abusos de la Administración, pasando este escrito a sus contactos.

También invito a sumarse a esta denuncia a las personas que tengan alguna queja contra el Defensor del Pueblo, por no haber sido atendidos como esperaban, teniendo derecho a ello.

Advertencia: las criticas que se hacen en este escrito, se refieren solamente a los miembros del CNI aludidos en ambos. El CNI me merece todo el respeto y soy consciente de la magnífica profesionalidad de sus miembros, en algunos casos incluso con la entrega de la propia vida.