espacioseuropeos.com (21/3/2008)
A pesar de la aparente calma, tras el apretón de manos entre los presidentes de Ecuador, Colombia y Venezuela, la zona es un auténtico polvorón. La difícil situación lo demuestra la muerte del ecuatoriano Manuel Jiménez, de 35 años, que fue encontrado hoy tras haber sido asesinado y torturado. Al parecer fue torturado hasta matarle, al ser confundido por un guerrillero de las FARC.
La familia de Manuel Jiménez no duda que fueron militares colombianos los que le ejecutaron. De acuerdo con estas fuentes, el ahora fallecido fue muerto por los militares colombianos el sábado pasado después que éste cruzara la frontera para abonar un terreno que había adquirido. Jiménez residía en la localidad de Puerto Nuevo cercana a la frontera, donde al parecer son habituales estos actos.
Un canal de la televisión ecuatoriana informó que el cuerpo de Jiménez presentaba cuatro impactos de balas y que su rostro fue quemado con ácido.
La muerte de este ecuatoriano ha venido a desfigurar el acuerdo de paz diplomática habido entre Ecuador y Colombia, tras condenar la OEA la vulneración del territorio de Ecuador por parte de militares colombianos a primeros de este mes.
Por otro lado, la Fiscalía General de Ecuador ha informado que enviará una misión a Colombia para indagar la muerte del ecuatoriano Franklin Aizalia durante el bombardeo que efectuaron soldados colombianos el 1 de marzo contra un presunto campamento de las FARC.
La Asociación Latinoamericana para los Derechos Humanos con sede en Quito, ha pedido que se investigue el asesinato de Manuel Jiménez, hecho que en todo momento han negado fuentes militares y policiales colombianas. Sin embargo, esta asociación de Derechos Humanos confirma que «cuando ellos dieron con el cuerpo ya le habían practicado una autopsia y vestido con un pantalón de camuflaje «en un evidente intento para crear confusión en torno a su muerte».
Ante la gravedad de estos hechos, no es de extrañar que la crisis que parecía solventada, vuelva a emerger de inmediato.