espacioseuropeos.com (30/4/2008)

El lunes pasado, miles de palestinos asistieron en Beit Lahiya, en el norte de Gaza, al funeral de los cuatro niños y su madre, que murieron a causa de la explosión de un misil lanzado por el Ejército de Israel. «Asesinados por las fuerzas israelíes«, lo ha definido Democracy Now en su boletín diario.

Rudina y Hana Abu Meatik, de seis y tres años, y sus hermanos Saleh, de 4, y Mousab, de 15 meses, además de su madre, fueron las víctimas de ese ataque.

Por otro lado, uno de los militantes del grupo Yihad Islámico  (palestino) resultó  muerto a unos 400 kilómetros de la casa de esta familia.

Al parecer, un proyectil israelí impactó contra el techo de una casa de una planta donde la familia estaba desayunando. El portavoz de Hamas Sami Abu Zuhri condenó el bombardeo israelí: «La masacre perpetrada por la ocupación esta mañana en el norte de Gaza dejó un saldo de siete muertos, la mayoría niños. Esto demuestra que a la ocupación israelí no le interesa la calma e insiste en continuar con la agresión contra el pueblo palestino».

Israel ha reconocido haber disparado misiles cerca de la casa de la familia fallecida, no obstante, el portavoz del Ejército israelí, Avital Leibowitz, aseguró que «la familia murió a causa de una explosión secundaria provocada por artefactos explosivos transportados por militantes palestinos».

Avital Leibowitz manifestó que «esta investigación inicial demuestra sin duda alguna que no atacamos la casa. La causa de la muerte de esta familia palestina fue únicamente la explosión de las mochilas llenas de explosivos que estos terroristas llevaban en sus espaldas».

Esta zona es fuente de continuos conflictos, ya que desde el lado palestino grupos armados suelen disparar cohete contra Israel y, por su parte, el Ejército israelí realiza frecuentes incursiones desde tierra y aire.