Abaha (24/4/2008)

Ayer por la mañana, la hija de Severo Moto, Esther, se presentó en la embajada de Guinea Ecuatorial en Madrid para «solicitar un visado que le permita viajar a su país y allí pedir una entrevista con el presidente, Teodoro Obiang Nguema, para que cesen las hostilidades contra su padre», según recogía Europa Press  de fuentes cercanas a la familia del opositor.

Esther nunca ha participado en política, pero como es lógico,  ahora «se siente forzada a intervenir, porque considera que su padre se encuentra literalmente secuestrado tanto por la necesidad de vivir exiliado en España como por la reciente detención y encarcelación ordenadas la semana pasada por un juez español por presunto tráfico de armas».

La hija de Moto esta convencida que su padre no ha tenido nada que ver con los delitos que se le imputan, y por ello no va a pedir ninguna amnistía a Obiang Nguema. Eso sí, ella está convencida de que toda esta trama parte de él.

Nada más llegar la hija de Moto a la embajada de Guinea Ecuatorial, se organizó un auténtico revuelo. El estado de nerviosismo era visible entre los «guardianes»  y «funcionarios-familiares» que «merodean» por el edificio. El revuelo que se organizó fue tremendo, pero a pesar de todo, la petición de visado de Esther para viajar a Malabo fue aceptada, sin que ello signifique que pueda hacerlo ya. Mucho nos tememos que no contestarán.

En la puerta de la embajada se dieron cita diversos medios de comunicación, incluso TVE, pero la noticia ha tenido escaso eco. No interesa mucho, Severo Moto es africano y opositor a un dictador que tiene petróleo, con poderosas amistades en España, y no hay que molestarle.

Moto, según nos informan fuentes cercanas a él, se encuentra muy sereno, consciente de la trama que contra él se está gestando, y con más ánimo que nunca para terminar con la dictadura que aterroriza a su país.

Pero, ¡coño!, que casualidad, no había otra cárcel donde enviarle, que a la de Navalcarnero (Madrid). ¿Por qué decimos esto? Pues, porque en esta cárcel, y en el mismo módulo donde fue «ubicado» Severo Moto, se encontraba uno o dos de los sicarios que por orden de personas «cercanas» al dictador, apuñalaron en Madrid  a Manuel Tomo Mangue, hermano del dirigente del FDR, Pedro Germán Mayo («El móvil es político y no económico. «Sicarios» contratados en Guinea Ecuatorial intentaron matar al opositor Pedro Germán Tomo Mayo«).