Oscar Riaño (12/5/2008)

Bajo el título «Militares. Los límites del silencio», el Teniente General en la reserva, José Mena Aguado, ha publicado un libro que ya alcanza su tercera edición.

Con este motivo concurre a diversos actos, con públicos interesados en conocer «el caso» que protagonizó y su interpretación del resonante conflicto, así como la evolución posterior.

Como se recordará por algunos, en la Pascua Militar de 2006, el entonces Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre, José Mena Aguado, pronunció un discurso, en la Capitanía General de Sevilla, en el cual expresó seria preocupación por la unidad de España, a raíz de la presentación del proyecto de Estatuto de Cataluña. Indicó que, en sus visitas a diferentes unidades militares durante los meses anteriores, había podido constatar dos grandes preocupaciones entre los cuadros de mando y militares profesionales de tropa: el terrorismo y el futuro de la unidad de España.

Aquel discurso significó para él verse sancionado con el cese en el mando, el pase a la reserva y un arresto.

El teniente general Mena recurrió tales sanciones y ha recibido resoluciones adversas a sus recursos. En el caso del arresto, afirma que se propone continuar en otras instancias hasta la europea de Estrasburgo.

Existe un lema tradicional según el cual a un Teniente General se le fusila o se le condecora, pero no se le arresta.

Las críticas del general Mena se mantienen dentro del lenguaje medido, propio de los militares; pero no acepta el silencio absoluto de la mudez. Con el castellano de su origen palentino califica la democracia actual en España como una democracia demediada (según la RAE, que ha perdido la mitad de su valor).