Sin Acritud…
Sagrario Morán (27/5/2008)
¿Qué sucederá tras la captura del “nido político-militar” de la banda terrorista en Francia?

LAS ÚLTIMAS NOTICIAS EN LAS QUE ETA figuraba como protagonista fueron consecuencia de su actividad terrorista. Los asesinatos del ex concejal socialista Isaías Carrasco y del guardia civil Juan Manuel Piñuel, así como numerosos atentados en diferentes poblaciones vascas, han colocado a ETA en los últimos meses en el centro de la diana mediática.

 

“No es la primera vez que ETA recibe un golpe policial de esta envergadura. En 1992 se detuvo, por primera vez, a su cúpula dirigente al completo”. Ahora han sido las detenciones de los supuestos responsables de estos asesinatos los que han acaparado la atención informativa. La operación policial conjunta de la Guardia Civil y de la Gendarmería francesa en Burdeos, a 230 km. de la frontera española, se saldó con la desarticulación de una parte importante de la cúpula dirigente de ETA: el aparato político-militar, comandado por Francisco Javier López Peña, alias Thierry, presunto número 1, y tres miembros más: Igor Suberbiola, Jon Salaberria, y una mujer, Ainhoa Ozaeta.

 

Ésta última merece mención especial porque, además de ser la encargada de leer el comunicado en el que ETA anunció el último alto el fuego, en marzo de 2006, ocupaba un puesto en la dirección etarra. Hecho poco habitual en la historia de la banda. Se cuentan con los dedos de una mano la presencia de mujeres en la cúpula etarra. Entre ellas destaca la carismática Yoyes, asesinada por sus propios compañeros de filas, en 1986, por abandonar la organización.

 

“Esta última operación demuestra que ETA sigue teniendo su santuario, su zona de refugio, en Francia”. Ahora bien, no es la primera vez que ETA recibe un golpe policial de esta envergadura. En 1992 se detuvo, por primera vez en la historia de la organización terrorista, a su cúpula dirigente al completo. De una sola tacada era decapitada la serpiente de las mil cabezas. Los responsables de los aparatos político, militar (controla los comandos legales e ilegales y fija los objetivos contra los que atentar) y logístico (que nutre de armas y explosivos a los comandos de la banda) eran sorprendidos mientras celebraban una reunión en un caserío de Bidart.

 

En los años siguientes, se han registrado también importantes descabezamientos: en 2004 eran detenidos dos de los principales dirigentes del aparato político y militar de la banda, y el año pasado eran capturados los jefes logísticos.

 

VARIAS LECTURAS

Esta última operación policial tiene varias lecturas: primero, que ETA sigue teniendo su santuario, es decir, su zona de refugio, en Francia. “La documentación requisada durante la operación policial permitirá que la cascada de detenciones se prolongue en los próximos días, semanas, o incluso meses”. Una vez más se comprueba que los dirigentes de ETA, los que deciden la estrategia política y a quién hay que matar, eligen este país para refugiarse porque entienden que es más seguro que España. Pero no tanto como quisieran. La disposición francesa por desmantelar el santuario etarra dificulta cada vez más su presencia, como lo demuestra esta operación policial.

 

En segundo lugar, que la colaboración francesa es clave para debilitar a la organización, impedir que tenga un comité ejecutivo fuerte y, por ende, evitar la comisión de atentados. Es probable que, tras esta operación, quede interrumpida la ofensiva terrorista desplegada por ETA tras la ruptura de las conversaciones con el Gobierno español el año pasado.

 

Por último, la documentación requisada durante la operación policial permitirá que la cascada de detenciones se prolongue en los próximos días, semanas, o incluso meses.

 

RELEVO DE NUEVOS DIRIGENTES

“A lo largo de la historia, ETA, una hidra de mil cabezas, ha sido fiel al refrán: A rey muerto, rey puesto”. Ahora bien, aunque se ha descabezado a la organización terrorista, y el golpe policial tiene efectos psicológicos en la moral de los terroristas, esta operación no significa el fin de ETA, sino más bien el punto de relevo de nuevos dirigentes, por varias razones.

 

La primera es que, como ya se ha dicho, no es la primera vez que la Policía detiene a la cúpula etarra. A lo largo de la historia, ETA, una hidra de mil cabezas, ha sido fiel al refrán: A rey muerto, rey puesto. Y la vacante producida tras una detención es ocupada inmediatamente.

 

ETA sigue disponiendo de jóvenes dispuestos a matar por su causa. Son los mismos jóvenes que practican la kale borroka (violencia callejera), actividad desarrollada por Jarrai o su sucesora, Haika, organización juvenil del entramado etarra, y principal cantera de ETA. “A pesar de haber ingresado en ETA a principios de los 80, Thierry siempre ha ocupado un puesto discreto”. De hecho, tres de los detenidos son viejos conocidos de la kale borroka, auténtica escuela para los alevines etarras.

 

A ello hay que sumar otro motivo: aún permanecen en libertad uno de los principales responsables del aparato militar de ETA, Garikoitz Aspiazu, Txeroki; y su lugarteniente, Aitzol Iriondo, Gurbitz, o el veterano Josu Ternera. Algunos de ellos con más trascendencia psicológica que el presunto número 1, López Peña, Thierry, un personaje sin carisma y un perfecto desconocido para los medios de comunicación. De hecho, subió a la dirección política a finales del 2006. A pesar de haber ingresado en ETA a principios de la década de 1980, siempre ha ocupado un puesto discreto en el organigrama de la banda.

 

UNIDAD FRENTE AL TERRORISMO

“Un nuevo diálogo entre ETA y Gobierno sólo tendría sentido si antes la banda abandona definitivamente la violencia y su obsesión por negociar en clave política, competencia exclusiva de los partidos democráticos”. Pero la hasta ahora imbatibilidad de ETA a nivel policial no impide afirmar que sus objetivos, teñidos con la sangre de más de 800 inocentes, siguen estando tan lejos de conseguirse como el primer día.

 

ETA está derrotada políticamente, pero no será consciente de ello mientras los partidos democráticos (nacionalistas y no nacionalistas) no demuestren unidad frente al terrorismo.

 

Esperemos que la unidad demostrada tras el último asesinato, sea el principio del fin de una división que favorece la pervivencia de ETA. La firma de un acuerdo con contenidos claros para ampliar el rechazo social, deslegitimar los argumentos de ETA, en definitiva, consensuar de una vez por todas la política antiterrorista, sería el mejor homenaje que pueden recibir las víctimas, junto con las detenciones de los responsables de su muerte.

 

Conseguida esta unidad, un nuevo diálogo entre ETA y Gobierno español sólo tendría sentido si previamente la banda abandona definitivamente la violencia y su obsesión histórica por negociar en clave política, una competencia exclusiva de los partidos democráticos.

 

N. de la R.

Sagrario Morán es profesora de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos I. Es experta en ETA, terrorismo y violencia política. Da clases en el Master en Relaciones Internacionales y Comunicación de la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado dos libros, “La cooperación hispano-francesa en la lucha contra ETA” (Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2002) y “PNV-ETA: Historia de una relación imposible” (Tecnos, 2004).

Este artículo se publica gracias a la gentileza de la autora y de Safe Democracy.