espacioseuropeos.com (18/5/2008)

Las protestas del pueblo palestino no cesan. El miércoles pasado, miles de palestinos se manifestaron en contra de la visita del Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a Israel, que fue declarado «persona non grata» por el pueblo palestino.

Pocas horas antes de que el mandatario estadounidense iniciara su visita, miles de palestinos comenzaron a manifestarse para así expresar su rechazo a esta visita.

Esta visita ha servido para unir, aunque sea exclusivamente para esta situación, en el denominado «frente del rechazo», que aglutina a simpatizantes del Movimiento Hamas, la Yihad Islámica y el grupo Al Fatah, cuyo líder, Mahmud Abbas, es el Presidente de la Autoridad Nacional Palestina.

La manifestación del miércoles, la más significativa, recorrió las calles de Gaza, portando a hombros una treintena de féretros vacíos, con los nombres de los  palestinos que murieron a causa del rechazo de Israel a dejarlos salir de Gaza para que pudieran ser atendidos en centros hospitalarios.

Mahmud az-Zahar,  ex ministro de Asuntos Exteriores de Palestina, declaró que «la visita de Bush a esta región tiene por objeto adornar la deformada imagen de su Partido debido a sus acciones terroristas en Oriente Medio durante los últimos años».  Para este dirigente, «la experiencia desde la Conferencia de Paz de Madrid (1991) ha probado que las negociaciones con Israel son inútiles; sólo producen más ocupación, más muertes y más sufrimiento».

Recordemos, que a finales de noviembre del año pasado, en la Conferencia sobre Medio Oriente, que tuvieron lugar en Annapolis (EE. UU.), Mahmud Abbas y Ehud Olmert llegaron al acuerdo de relanzar las negociaciones de paz  y a la creación de un Estado palestino. Pero el acuerdo no contempló asuntos claves para la solución definitiva del conflicto, como el retorno de los refugiados palestinos, la retirada de Israel de los territorios ocupados desde 1967, la definición del estatus de Jerusalén y las fronteras del futuro Estado palestino.  

Por este motivo, sectores importantes de la sociedad palestina rechazan abiertamente cualquier proceso de negociación que no contemple esos puntos.