Ante el Centro Penitenciario de NavalcarneroAbaha  (4/7/2008)
La dictadura de Guinea Ecuatorial mantiene su demanda civil contra el hombre de negocios Ely Calil, al que acusa de «haber instigado el fallido golpe contra el presidente Teodoro Obiang en el 2004″, informa la Agencia de Noticias EFE.

«El Gobierno de Guinea Ecuatorial niega categóricamente haber retirado su demanda civil contra Calil en el Reino Unido como se ha afirmado recientemente en algunos medios», afirma la embajada en un comunicado recogido por EFE.

De acuerdo con esta nota, el Gobierno de Guinea Ecuatorial seguirá «persiguiendo a Calil por su participación en la intentona golpista del 2004 como organizador, conspirador intelectual, arquitecto y financiero», ya que según afirma «el Gobierno de Guinea Ecuatorial dispone de pruebas abundantes de la participación de Calil, entre ellas la transferencia de un millón de dólares de ese empresario a la cuenta del mercenario británico Simon Mann«.

Simon Mann continúa en la cárcel de Black Beach (Malabo) a la espera de la sentencia que dicten contra él  los tribunales de Obiang Nguema. Mann declaró a la cadena de televisión británica «Channel 4», desde la cárcel, que «Calil y Severo Moto me engañaron de forma grosera. Me dijeron que el régimen estaba tambaleándose, a punto de derrumbarse».

La demanda presentada contra Ely Calil en Londres por el Gobierno de Guinea Ecuatorial, va a tener una solución harto dificultosa, pues según nuestras informaciones, el expediente ha desaparecido. No obstante, Obiang tiene que aparentar, dar visos de legitimidad, a toda esta farsa. Sabe que el «tiempo» se le agota y ha debido recibir alguna «alerta» sobre la llamada «Operación Navalcarnero».

Sobre la «Operación Navalcarnero», hablaremos en brResidencia de Ely Calil-eve. De momento, sólo decir que consiste en «desplazar» a Severo Moto desde el centro penitenciario de Navalcarnero, en Madrid, en menos de seis horas, a Malabo. Y en esta ocasión sin «generales Zaragoza», ni coroneles «Alcorcón», ni nada parecido…

Moto -nos comentan- se encuentra en perfecto estado de salud, tanto física como mentalmente. Todas las semanas recibe visitas de su familia y, caso excepcional, su leal Armengol Engonga, se «coló» la semana pasada para saludarle, aunque fuese a través del cristal y de un teléfono. El trato que recibe por parte de los funcionarios de ese centro es, asimismo, exquisito, sin que ello quiera decir que se alteren las normas.