espacioseuropeos.com (12/8/2008)
El actual Gobierno de España, el de José Luís Rodríguez Zapatero, nos sorprende cada día más. Poco a poco, sus actuaciones y decisiones se acercan más a aquellas que tanto critica en otros, aunque la suerte le acompaña de momento, ya que no tiene en frente manifestantes que cuestionen su quehacer ni partidos políticos coherentes. Todos, absolutamente todos, andan cual serpientes silenciosas.

Ahora resulta que estamos enfrascados de hoz y coz en mil y una guerras, camufladas bajo el subterfugio de «acciones de paz».  Y así, el último Consejo de Ministros autorizó la «firma del Acuerdo entre el Reino de España y la República Islámica de Afganistán para el patrocinio de una Unidad del Ejército Nacional Afgano y su aplicación provisional».

Lo que significa, que como los asuntos de la guerra andan allí un tanto fastidiados, pues abrimos la caja de la Hacienda Pública y soltamos una millonada de Euros para «favorecer la implantación del Ejército Nacional Afgano en la provincia de Badghis, en cuya capital se encuentra el equipo de reconstrucción provincial español encuadrado en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), establecida por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y cuya dirección y gestión asegura la Alianza Atlántica», además de hacer alguna que otra obra de infraestructura que se otorgará vía rápida a los amiguetes. Y que la aviación USA destruirá en una de esas acciones «certeras».

El Acuerdo («patrocinio» de una nueva unidad del Ejército afgano) contribuirá así a la consolidación de la estabilidad y la seguridad en la citada provincia, permitiendo con ello al mismo tiempo que el equipo español pueda desarrollar mejor sus cometidos, afirma la nota ministerial.

No podemos sustraernos a transcribir literalmente este párrafo: «Más en general, el Acuerdo se inscribe en los esfuerzos desarrollados por la Comunidad Internacional en Afganistán teniendo en cuenta el objetivo fundamental de «afganización» del proceso, en el sentido de contribuir a la progresiva toma de responsabilidad de las diferentes facetas de la actividad pública en ese país por parte de sus propios ciudadanos».

«El Acuerdo recoge, sucesivamente, el propósito y alcance del mismo«. Y se quedan tan frescos. Mira que nosotros creíamos que los Acuerdos no recogen nunca sus verdaderos contenidos. Pues sí, resulta que si, de acuerdo con esta redacción. Pero, hay más, el Patrocinador (España) y el Receptor (Afganistán) se encargarán del  «control y gestión de Ios fondos correspondientes; el calendario de eventos; la jurisdicción; las reclamaciones y controversias, así como la posibilidad de enmiendas».

Entre los compromisos de España figuran la «construcción de infraestructuras» y de «provisión de equipamiento y apoyo a las actividades operativas de la unidad patrocinada, con un límite mensual de gastos, por este último concepto, de 100.000 euros mensuales».

Lo que no dice la nota es cuántos meses va a durar la «broma»…

En consecuencia, el Consejo de Ministros autorizó al Ministerio de Defensa a «otorgar una subvención a la República Islámica de Afganistán para financiar el patrocinio de esta Unidad. La subvención asciende a 14.565.114 euros y servirá para la construcción del acuartelamiento para un batallón, así como para el equipamiento, entrenamiento y gastos generales del mismo».

Lo de Afganistán nos está saliendo por un «pico», entre dinero, convolutos y vidas humanas… Eso, sin contar que hemos entregado nuestro Ejército al nacionalismo independentista catalán, que quiere declarar cuanto antes a Cataluña como nación.