espacioseuropeos.com (23/8/2008)
Ayer viernes, Rusia ha concluido la retirada de las tropas que habían penetrado territorio de Georgia. Anatoli Serdiukov, ministro de Defensa, informó que «la retirada concluyó sin contratiempos y conforme al plan establecido a las 19.50 horas de Moscú».

Según la agencia de noticias rusa, RIA Novosti, Serdiukov informó que «los convoyes militares rusos se encuentran en Osetia del Norte y algunas unidades ya han regresado a su lugar de emplazamiento fijo en territorio ruso». No obstante, informó el ministro que  «en cuanto a las fuerzas de paz, procedieron a cumplir sus tareas en las zonas de seguridad».

La OTAN no va a desperdiciar esta conflictiva ocasión, y ha manifestado por boca del representante del Cáucaso y Asia Central, Robert Simmons, su interés en «restablecer la capacidad defensiva de Georgia». La Alianza  Atlántica se ha definido en este caso por la «integridad territorial de Georgia», algo que, evidentemente, no hizo en el caso de Kosovo.

Pero tras la estrategia de ahora en Georgia, Moscú prepara su respuesta a las acciones de Estados Unidos en su entorno. Así, el Gobierno ruso ha activado un acuerdo de defensa antiaérea con Bielorusia en respuesta al despliegue de misiles estadounidenses instalados en Polonia y República Checa. Desde el año 2001, las dos naciones  preparan la creación de un Sistema Único de Defensa Antiaérea (DAE).

Por otro lado, Ucrania está cuestionando la estancia de la base de Sebastopol en su territorio, como centro neurálgico de la Flota Rusa en el Mar Negro.  

¿No se percata Europa de las maniobras de Estados Unidos en su suelo?