espacioseuropeos.com (14/8/2008)
Evo Morales obtuvo una victoria en el referéndum celebrado en Bolivia el pasado 10 de agosto. Un 60 por ciento de  bolivianos apoyaron a Morales y su Vicepresidente, superando así el 54 por ciento que el presidente boliviano obtuvo en diciembre de 2005, cuando fue elegido para dirigir al país.

En Bolivia se dice que «El Presidente ahora piensa proseguir con su plan de nacionalizar los recursos energéticos de Bolivia y proporcionarle más energía a los pobres», pero de hecho los problemas para Morales continúan,  aunque algo más amortiguados.

Ayer miércoles, Morales delegó a cinco ministros de su gabinete para que entablen diálogo con los prefectos opositores de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca.  Los designados para esta ardua misión han sido los ministros de Defensa, Walker San Miguel,  que tendrá que bregar con el prefecto de Santa Cruz, Rubén Costas; el titular de Hacienda, Luis Arce, que lo hará con el de Pando, Leopoldo Fernández; el de Gobierno, Alfredo Rada, que mantendrá contactos con el de Beni, Ernesto Suárez; el ministro de Trabajo, Walter Delgadillo, con el de Tarija, Mario Cossío, y el ministro de Obras Públicas, Oscar Coca, con la titular de Chuquisaca, Savina Cuellar.

Los cinco prefectos mencionados no acudieron a la invitación del Gobierno tras la convocatoria del referendo, a fin de iniciar conversaciones en el Palacio de Gobierno, «donde se debía tratar temas que lleven a un gran acuerdo nacional», según la Presidencia de Bolivia.

Tan sólo los prefectos de los departamentos de Oruro, Luis Alberto Aguilar, y el de Potosí, Mario Virreyra, respondieron a la invitación de Morales.

El Presidente Morales manifestó que los cinco ministros designados para acometer ese diálogo, tienen la misión, por una parte, de «recoger las iniciativas, preocupaciones y propuestas» de los prefectos  y, por otra, «entendernos entre autoridades ratificadas» en el Referéndum Revocatorio del pasado 10 de agosto. No obstante, Morales dejó claro que la autonomía «no se entienda como la independencia de un departamento, de una región. Autonomía no es separación y por eso es importante el diálogo con las distintas organizaciones, como también con las autoridades ratificadas en el Referéndum».