espacioseuropeos.com (16/9/2008)
El Consejo de Ministros, celebrado el día 12 de este mes, ha concedido la nacionalidad española a Nelson Fabián Vargas Carrillo, hermano de un «SOLDADO COLOMBIANO FALLECIDO EN LÍBANO», según informa la página oficial de La Moncloa.

El soldado fallecido era, evidentemente, de nacionalidad colombiana, pero nos extraña que en la noticia se haga mención a «soldado colombiano». Eso sí, queda claro que prestaba servicio en las Fuerzas Armadas españolas en El Líbano.

«La concesión de esta nacionalidad por carta de naturaleza a Nelson Fabián Vargas, nacido en Pasto (Colombia), en 1983, tiene su justificación en base a su parentesco con Jefferson Vargas, también colombiano, soldado del Ejército de Tierra español, fallecido en el atentado terrorista perpetrado el 24 de junio de 2007 en Líbano», argumenta la nota, para añadir como justificación de esa concesión, que «Durante los últimos años han tenido una importante presencia los soldados extranjeros en el seno del ejército español. Algunos de ellos han sacrificado sus vidas en el cumplimiento de estas misiones de paz, estabilidad y ayuda humanitaria llevadas a cabo por organizaciones internacionales».

Asimismo, la referencia del Consejo de Ministros alude a  que «El Gobierno considera que es obligación de la sociedad española mostrar su agradecimiento mediante la concesión de la nacionalidad a sus familiares, por el procedimiento de carta de naturaleza, en el que concurren circunstancias excepcionales».

No creemos que sea obligación de la sociedad española otorgar nacionalidad a ningún familiar de soldados fallecidos, entre otras cosas porque nos imaginamos que si desearán tener mejores condiciones de vida, acceso a la sanidad, educación, salarios más altos, etc., pero no por eso querrán abandonar su nacionalidad y abrazar de golpe y porrazo otra por el hecho de que un familiar suyo se haya alistado en un Ejército extranjero, como en este caso es para ellos el español.

España, no lo olvidemos, y lo demás son cuentos, acude a hispanoamericanos, filipinos y ecuatoguineanos, porque los jóvenes españoles no ven atractivo ni una salida profesional, ingresar en la escala básica del Ejército español. No nos toca a nosotros indagar o analizar el por qué, pero es así. Es más, en los últimos dos años, que sepamos, las plazas de médicos convocadas por las Fuerzas Armadas Españolas han tenido que ser ocupadas por extranjeros, pues ningún español había acudido a ellas.

No seamos «charlatanes de feria». Ningún extranjero ingresa en el Ejército para defender a la Madre Patria y menos para ir destinado en «misión de Paz» a los polvorines de Afganistán, Irak, El Líbano o Haití…  Las razones son, lamentablemente, otras.

¿Recibido? ¡Afirmativo!