Antonio López/Pablo Ramos (25/10/2008)
La asociación conservacionista inicia una campaña de información y protección de los humedales extremeños con la edición y presentación del libro «Lagunas Naturales de Extremadura», realizado por Arturo López Gallego, biólogo y socio de Ecologistas Extremadura.

El jueves 23 de octubre tuvo lugar en el Ateneo de Badajoz la presentación de «Lagunas Naturales de Extremadura», un inventario fotográfico de las 109 lagunas temporales de origen natural catalogadas por este autor en el territorio de nuestra comunidad autónoma (excepto una de ellas que se emplaza en Ciudad Real pero se ha incluido en el catálogo por formar parte de un complejo lagunar situado principalmente en Badajoz).

Las lagunas extremeñas son entor nos acuáticos naturales (no artificiales como embalses y charcas ganaderas) de reducidas dimensiones y poco profundas, caracterizadas por la alternancia de etapas de presencia de agua y de sequía, y cuya hidrología es en gran medida autónoma. Ocupan depresiones del terreno sin entradas ni salidas de cursos de agua definidos, que se inundan por plazos lo suficientemente prolongados como para permitir el desarrollo de suelos de características especiales (hidromórficos) y comunidades de flora y fauna específicas de este tipo de sistema natural. Su carácter temporal es igualmente importante, ya que las lagunas se secan durante períodos lo suficientemente prolongados como para impedir que se desarrollen comunidades menos especializadas y más ampliamente difundidas de flora y fauna características de los humedales más permanentes.

Ecologistas Extremadura denun cia la situación de abandono y desprotección por parte de las administraciones responsables (sobre todo la Junta de Extremadura y las Confederaciones Hidrográficas del Tajo y del Guadiana) en que se encuentran estos valiosos entornos acuáticos. En este sentido hay que decir que ninguno ha sido deslindado por las confederaciones hidrográficas, como Dominio Público Hidráulico que son, según la Ley de Aguas vigente. Algunas ni siquiera han sido inventariadas por estos organismos de cuenca dependientes delMinisterio de Medio Ambiente.

De las 108 lagunas inventariadas en Extremadura ninguna está incluida en espacios protegidos por la legislación autonómica o nacional, sólo por la europea (como ZEPAs y/o LICs), con las carencias jurídicas que ello conlleva. De las protegidas por la legislación europea, sólo 11 lo están por figuras específicas para dichas lagunas (nueve de las once lagunas de La Albuera, la Laguna de Multales y la de Tres Arroyos), otras 32 están incluidas en espacios protegidos más a

mplios que incluyen diversos tipos de ecosistemas, que se supone que debieran contribuir a la preservación de estos humedales, pero que en la práctica difícilmente lo consiguen. Las restantes 65 no tienen protección alguna.

Como anécdotas la asociación señala que algunas de las lagunas protegidas por figuras europeas específicas que aparecen en la web de la Junta de Extremadura, dos de la provincia de Cáceres, ni siquiera han existido nunca como tales lagunas, otras no son en realidad lagunas naturales, sino humedales artificiales, otros dejan fuera a varios elementos (como el Complejo Lagunar de la Albuera ), y otros incluso protegen zonas en localizaciones equivocadas dejando fuera la propia laguna, como sucede con la de Tres Arroyos cerca de la ciudad de Badajoz).

La asociación conservacionista expresa que es la temporalidad la característica que las hace más vulnerables; el que las lagunas se mantengan largos periodos secas llevan a muchos agricultores y propietarios de fincas a labrar las tierras, dañando así la estructura del suelo y destruyendo la vegetación y la fauna que se mantiene aletargada durante las prolongadas sequías para explosionar poblacionalmente cuando vuelven a llenarse de agua. Muchos propietarios hacen canales de drenaje que las secan rápidamente cuando almacenan agua tras las prolongadas sequías, o realizan grandes tomas de agua en el entorno más cercano para riego, lo que contribuye también a desecarlas con gran rapidez; esto es lo que sucede por ejemplo con la Laguna Redonda en Talarrubias, o con la Laguna Trujillana en Madrigalejos, dos de las más valiosas de Extremadura.

Pero lo que más preocupa a Ecologistas Extremadura es la absoluta falta de sensibilidad de la administración ambiental extremeña ante las nuevas amenazas que soportan las lagunas; algunos grandes proyectos industriales han sido autorizados por la Junta pese a situarse sobre algunas de las mayores lagunas extremeñas, concretamente sobre las de Torremejía (que en teoría están protegidas por alguno de aquellos espacios protegidos por la legislación europea, una ZEPA); aquí se ha emplazado, con la Declaración Ambiental Positiva de la Junta -y con las alegaciones contrarias de Ecologistas Extremadura-, una central solar de varias decenas de hectáreas de superficie. Pese a ser una industria respetuosa con el medioambiente en un sentido, la localización elegida para su instalación producirá un gravísimo daño sobre un recurso natural destacado y bastante escaso en la región.

Otra laguna, una de las que curiosamente quedaron fuera de los LIC y ZEPA «Complejo Lagunar de La Albuera», pero que forma parte de este mismo complejo de lagunas, con los mismos valores ambientales, o incluso superiores, que las restantes, está siendo literalmente rodeada por la inmensa central termosolar que inauguraban los políticos extremeños recientemente en esta zona.