espacioseuropeos.com (7/10/2008)
El 3 de abril de 2004 el subinspector del Cuerpo Nacional de Policía, Francisco Javier Torronteras, adscrito a los GEO (Grupo Especial de Operaciones), moría al estallar la carga explosiva  con la que se inmolaron varios supuestos terroristas del 11-M que se encontraban en un piso en el barrio de Leganés (Madrid).

Jesús Caldera, en 2007,  ministro de Trabajo y Seguridad Social, hacía entrega, de la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, a título póstumo.  El acto tuvo lugar en el cuartel de los GEO en Guadalajara,

El entonces ministro de Interior José Antonio Alonso (ahora Portavoz del PSOE en el Congreso) manifestó que en cuarenta y ocho horas aclararían todo lo relacionado con la muerte del GEO. Pues ni cuarenta y ocho horas ni cuatro  años ni seis meses después.

A estas alturas, todavía no sabemos con certeza qué es lo que aconteció en el piso sito en el barrio de Leganés de Madrid; tampoco conocemos con exactitud cómo murió Francisco Javier Torronteras; ni por qué se le enterró a toda prisa, a hurtadillas.

A pesar de las promesas del Gobierno de Zapatero, no sabemos a estas alturas, quién o quiénes fueron los que profanaron la tumba del GEO el lunes 19 de abril de 2004, en el cementerio Sur de Madrid. Allí, unos desconocidos sacaron su cadáver del nicho donde se encontraba y lo trasladaron cientos de metros (700), donde le prendieron fuego. Hasta ahora no se ha sabido más de este macabro asunto.

Por entonces, el ministro de Interior, José Antonio Alonso, reprobó la «brutal profanación» y expresó su «más sincera solidaridad y apoyo» a los familiares de Torronteras, a la vez que se comprometía a que, a la mayor brevedad, se tendrían noticias sobre esa brutalidad.

Todavía no sabemos nada, ni nadie reclama…