Economía
Bernardo Kliksberg (1/9/2008)
ESTÁ EN MARCHA LO QUE EL PERIÓDICO The New York Times llama la operación de rescate más grande de los tiempos modernos, que, como destaca, puede redefinir el rol del Gobierno estadounidense en el mercado por años.

Según sus lineamientos generales, Estados Unidos tomaría 700.000 millones de dólares de activos tóxicos de la banca, básicamente con fondos del contribuyente. Llega después del derrumbe de dos de los cinco bancos de inversión más importantes de Estados Unidos, Bear Stearn y Lehman Brothers, «La necesidad de actuar urgentemente superó toda consideración ideológica». La venta de otro, Merryll Lynch, el multimillonario rescate de las más grandes bancos hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, la compra por el gobierno del 80 por ciento de las acciones de la mayor aseguradora, la American International Group (AIG), las dificultades severas de los dos bancos de inversión líderes restantes, Goldman Sachs, y Morgan Stanley, y la precaria situación de la mayor caja de ahorro y préstamo para la vivienda de Estados Unidos, Washington Mutual.

Muchas de estas organizaciones tenían en sus balances amplísimos activos, pero se perdió un elemento central del capital social de una sociedad: la confianza.

600 MIL PERSONAS PIERDEN SUS PUESTO DE TRABAJO
La necesidad de actuar urgentemente superó, como lo resaltó Ben Bernake, el presidente de la Reserva Federal (Banco Central), toda consideración ideológica. «Parece hora de revisar el disco duro de recetas económicas infalibles que han predominado en América Latina en los ochenta y noventa». En lo que va de este año 600.000 personas perdieron sus puestos de trabajo en Estados Unidos. Los impactos en las economías europeas, y ahora también asiáticas se suceden.

América Latina debería sacar algunas lecciones de estos acontecimientos tumultuosos que están marcando la historia.

Parece hora de revisar el disco duro de recetas económicas infalibles que han predominado en la región en los años ochenta y noventa y han resultado para la vida diaria de la gente en aumento del número de pobres de 137 a 200 millones, del numero de jóvenes marginados de todo (25 por ciento), y de los niveles de inequidad (hoy los peores de todos los continentes).

LAS IMPLICACIONES
La crisis es desde ya de extrema complejidad, pero entre los subrayados más frecuentes hoy entre los observadores más agudos, con implicaciones para nuestra región, se hallan:

1. Hubo un vacío muy importante de regulaciones. The New York Times editorializa: Esta crisis es el resultado de la voluntaria y sistemática falla del gobierno en regular y monitorear las actividades de banqueros, prestamistas, fondos de inversión, aseguradores, y otros actores del mercado. Jugaban apuestas de póker muy alta con el sistema financiero, sin la adecuada transparencia, y supervisión. El primer ministro francés François Fillon -llamando a Washington a actuar- señaló: no vamos a aceptar pagar por los platos rotos de la falta de regulación.

«En Gran Bretaña, la Autoridad de Servicios Financieros prohibió tomar nuevas posiciones de corto plazo en acciones o compañías financieras».

2. Factores especulativos precipitaron la caída de algunas de las principales instituciones
El responsable del Estado de Nueva York de controlar las finanzas públicas, DiNapoli, dice sobre las operaciones de los short sellers (operadores que piden prestado acciones, las venden, presionando así a la baja sus los precios, las compran luego a precios deteriorados, y las devuelven a quienes se las prestaron ganando la diferencia): estas ventas especulativas han puesto presión sobre nuestro mercado accionario y amenazan con empujar nuestra economía nacional a la recesión más profunda.

La Comisión de Valores (SEC) prohibió las operación de short selling sobre 800 acciones, y está obligando a hacerlas transparentes. Su presidente, Cox, enfatizó que esas medidas eran necesarias para asegurar que la manipulación encubierta, el ilegal «naked short selling» (en donde ni siquiera se transfieren realmente los valores) o las prácticas comerciales ilegitimas no conduzcan el comportamiento de los mercados y minen la confianza.

En Gran Bretaña, en la misma dirección, la Autoridad de Servicios Financieros prohibió tomar nuevas posiciones de corto plazo en acciones o compañías financieras, y obligó a transparentar esas posiciones si significan 0,25 por ciento de las acciones preferenciales de la compañía.

«Los americanos han tenido el coraje de hacer una purga saludable nacionalizando cuando era necesario… Esto muestra los límites de la ideología del liberalismo financiero».

3. Ha resurgido la discusión sobre los ingresos de los altos ejecutivos
El periodista, varias veces Premio Pulitzer, Nicholas Kristof, informa que los altos ejecutivos en Estados Unidos ganaban tres décadas atrás ganaban 30 a 40 veces lo que el trabajador ordinario. En 2007 fue 344 veces. Kristof señala que los contribuyentes están subsidiando con 20.000 millones de dólares anuales los sobrepagos. Destaca que este dinero es suficiente para bajar la tasa de mortalidad materna en el mundo en dos tercios, y proveer sal ionizada para prevenir decenas de millones de niños de sufrir de retardo.

Warren Buffet, el inversor más exitoso de Wall Street, afirma: para juzgar si la América corporativa es seria acerca de reformarse a sí misma, la remuneración de los CEO´s es el test más ácido.

4. Muchos mitos sobre la posibilidad de prescindir del Estado se cayeron
La demanda por políticas públicas ha sido muy fuerte, y ha sobrepasado toda discusión ideológica. Uno de los ministros jefes de Francia, Jean-Pierre Juyet, escribió en el periódico Le Monde: Los americanos han tenido el coraje de hacer una purga saludable nacionalizando cuando era necesario… Esto muestra los límites de la ideología del liberalismo financiero, y la necesidad de intervenciones pragmáticas.

LA ÉTICA Y LA CONFIANZA
«El complejo mundo globalizado requiere más que nunca políticas públicas muy bien gerenciadas, transparentes y responsables». En América Latina correspondería reexaminar la visión sobre puntos como estos: la necesidad de las regulaciones, las prácticas especulativas, las altas inequidades, el papel de la política pública, y muchos otros subyacentes en la crisis. También salir de una vez de los economicismos estrechos, y visualizar qué componentes básicos del capital social como la confianza y la ética tienen enorme peso sobre la economía.

El complejo mundo globalizado requiere más que nunca políticas públicas muy bien gerenciadas, transparentes y responsables, y responsabilidad social sistemática de la empresa privada.

Se debería tener en cuenta finalmente que los errores en todos estos campos, no son meras cuestiones académicas, los pagan por último los consumidores, los pequeños accionistas, los pequeños y medianos empresarios, los agricultores, las clases medias, los trabajadores, con riesgos graves para sus esfuerzos de años.

N. de la R.

Bernardo Kliksberg es uno de los mayores expertos mundiales en lucha contra la pobreza y asesor principal del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de América Latina y el Caribe. Es autor de 40 libros, el más reciente el best seller «Más ética, más desarrollo» (publicado en España por el INAP), además de centenares de artículos técnicos activamente utilizados internacionalmente. Ha asesorado a más de 30 países, incluyendo a diversos presidentes y a numerosas organizaciones públicas de la sociedad civil y empresarial.

Este artículo se publica gracias a la gentileza del autor y de Safe Democracy.

No hay etiquetas para esta entrada.