espacioseuropeos.com (24/11/2008)
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF/Adena han exigido al Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero,  el cierre inmediato de la central nuclear de Santa María de Garoña en Burgos.

Esta central fue inaugurada en el año 1971 por el general Francisco Franco, y actualmente está amortizada desde hace varios años, según información de estos grupos ecologistas. Garoña es una central nuclear obsoleta «aquejada de graves problemas de seguridad -afirma el comunicado- su permiso de explotación termina en julio de 2009. Sin embargo, en su afán de obtener más beneficios, la compañía propietaria Nuclenor (Endesa 50%-Iberdrola 50%), ha pedido una prórroga de otros 10 años para la central».

Estas organizaciones ecologistas denuncian que «el Ministerio de Industria y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) pretenden alargar la vida de la central durante 10 años más», ya que con ello alcanzaría «una vida útil de 50 años, pero se agravaría» el riesgo de accidente nuclear por los graves problemas de seguridad que aquejan a esta vieja central nuclear.

La promesa electoral socialista de «cierre progresivo de las centrales nucleares», se la recuerdan al Presidente Zapatero estas organizaciones ecologista, a la vez que denuncian «la actitud pronuclear del Ministro de Industria, Miguel Sebastián, que es contraria al compromiso electoral adquirido por el PSOE».

Garoña, es conocida como la «central de las mil y una grietas«, por los graves problemas de seguridad que afectan a diversos componentes de la vasija del reactor es para estos grupos ecologistas «una demostración evidente del agotamiento de su vida útil, es una central que, desde el punto de vista de la seguridad, está «fuera de normativa».

Por otro lado, Garoña sufre un proceso de agrietamiento múltiple por corrosión que afecta a diversos componentes internos de la vasija del reactor (ésta es el verdadero corazón de la central nuclear, ya que alberga el combustible de uranio: el núcleo), motivo por el cual la seguridad de esta instalación se encuentra seriamente comprometida, afirma el comunicado de Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife y WWF/Adena.

Este problema afecta ya al 70 por ciento de los tubos que atraviesan la vasija del reactor y por los que pasan a su interior las barras de control, que son el

«sistema de frenado de la reacción nuclear. Este agrietamiento empeora irreversiblemente con el tiempo, según ha reconocido el propio Consejo de Seguridad Nuclear ante el Parlamento».