espacioseuropeos.com (16/1272008)
El gobierno israelí ha expulsado al Relator de Derechos Humanos enviado por Naciones Unidas, después de haberlo mantenido secuestrado en el aeropuerto de Tel Aviv durante más de veinte horas.

El Relator, Richard Falk, viene desempeñando esa labor en los territorios palestinos desde hace tiempo, y siempre se ha mostrado crítico con el trato que los israelíes dan a los palestinos.

La tensión entre Israel y la ONU por este asunto creció desde que el Presidente de la Asamblea General de este organismo, Miguel d’Escoto Brockmann, pidió durante una reunión dedicada al Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino, que la comunidad internacional debería «considerar la posibilidad de llevar a cabo boicots, desinversiones e imponer sanciones para presionar a Israel a que trate mejor a los palestinos».

Pero es más, el Secretario General del mismo organismo, Ban Ki-Moon, criticó también a Israel por el duro bloqueo  que mantiene a la población palestina de Gaza. Ki-Moon insto a que se «tomen medidas de inmediato para aliviar el bloqueo casi total de Gaza que conlleva la preocupante privación de los suministros básicos y la dignidad humana, y condeno sin reservas los ataques con cohetes». Para Ki-Moon, la «manera de avanzar es que todas las partes respeten la paz mediada por Egipto y que se le extienda la mano a la población civil de la Franja de Gaza en lugar de únicamente castigarla».

El Presidente de la Asamblea General de la ONU, Brockmann, comparó la actitud de Israel con la del Gobierno de Sudáfrica de hace dos décadas: «Aunque es diferente, lo que le están haciendo al pueblo palestino me parece una versión de la terrible política del Apartheid. No se puede permitir, no se debería permitir que eso continúe».

Al parecer, según sus manifestaciones, Miguel d’Escoto Brockmann, había recibido recientemente «amenazas de muerte«, aunque no especificó más.