Mi Columna
eugenio3Eugenio Pordomingo (3/3/2009)
Los resultados electorales no dejan lugar a dudas. En Galicia, el Partido Popular recobra la Xunta por mayoría absoluta; y en el País Vasco, por primera vez desde 1980, los nacionalistas (PNV) y grupos afines a ETA pierden la mayoría en el Parlamento Vasco.

Las lecturas e interpretaciones son de todo tipo se han venido sucediendo desde ayer por la noche, cuando se conocieron los resultados. Las hay -las lecturas- para todos los gustos. Todos los partidos políticos han ganado y todos los políticos también. Incluso, los que por dignidad o por presión, han tenido que dimitir. Es el caso de Emilio Pérez Touriño, que ha tenido que soportar una gran bronca en Ferraz.

Durante cuatro, ocho, veinte años o más, los políticos que han detentado el poder han vivido a «cuerpo de Rey», y ahora les quedan unas jubilaciones como las del Maharajá de Kapurthala, no nos llamemos a engaño ni miremos para otro lado.

Una maquinaria administrativa, de poder, sustituye a otra y punto. Eso ha pasado, pasa y pasará, por desgracia…

Ni se ha producido regeneración en Galicia ni los «constitucionalistas» han ganado en el País Vasco. Durante la etapa anterior, en la Xunta, hubo corrupción a raudales, capitaneada por muchos de los barones de Alianza Popular-Partido Popular, por no remontarnos a la de UCD. De esta etapa, no digamos. No sólo han sido automóviles lujosísimos y costosos para el uso y disfrute del ex Presidente Touriño; mobiliario de escándalo, y viajes  en yate con empresarios a los que  pocos días después, ¡Oh, casualidad!, recibían jugosos contratos institucionales, aunque no estuvieran en su órbita ni especialidad, protagonizados por el ex Vicepresidente Anxo Quintana, del BNG, que, por cierto, ya debería haber presentado su dimisión.

¿Cuántos lloran ahora en Galicia la pérdida de una regalía bien pagada en una consellería o en cualquiera de los organismos y empresas dependientes de la Xunta? Y, ¿cuántos a esta hora no están frotándose las manos por la «lotería» que les ha tocado?

Todos estos agraciados están dispuestos a dejar sus modestos trabajos por España, por Galicia, por el País Vasco…por lo que sea. Si el partido, o la Patria chica nos llaman, allí estaremos nosotros.

Recuerdo que no hace mucho, Manuel Fraga y Mariano Rajoy mostraron su «disposición» a «hablar» con el BNG, por si había alguna posibilidad de pactar con ellos y que así el PSOE no gobernase en la Xunta.

El refranero español dice que el hombre es el único animal sobre la tierra que tropieza dos veces con la misma piedra. Personalmente opino que el hombre tropieza, tropezamos, dos, tres y más veces sobre la misma piedra.

Si ese refrán lo trasladamos a la Política, la frecuencia de «tropespanoles-a-garrotazos1iezos» aumenta en proporción geométrica a la ambición y ansias de poder del sujeto tropezón. Así, los dirigentes del Partido Popular -el primero de ellos, Mariano Rajoy– se han lanzado a la «arena» de los desatinos, no sabemos sin con el asesoramiento o no del oráculo Pedro Arriola.

Reitero, no hace mucho, Rajoy anunció la «disposición» del Partido Popular para «hablar» con el BNG, en el supuesto de que llegaran a ser la «primera fuerza» en las próximas elecciones autonómicas, las del 1-3-09. El diario «El Correo Gallego», fue el testigo de esas declaraciones, a través de una entrevista con el líder popular del PP. Rajoy estaba convencido que los socialistas iban a adelantar las elecciones autonómicas en Galicia. Pero Touriño no hizo caso a José Blanco

En la misma línea se decantó Manuel Fraga, que no estaba dispuesto a cerrar  las puertas a un pacto entre el PP y el BNG, siempre y cuando el acuerdo se «sitúe dentro del marco político nacional», que no es decir nada.

Para hacer más llevadera esa postura, el senador Fraga, acudió a «su» España. Fraga no descartaba un entendimiento «hasta cierto punto» con los nacionalistas «dentro y a favor de España, no en contra». De milagro no recurrió a la bandera de España, a «su» familia, a «su» honradez, o algo similar, para así engrandecer y adornar de oropeles su postura.

Todos esperaban una furibunda respuesta del BNG, pero mira por donde, un cauto Anxo Quintana, ni pestañeó. Y es que la alfalfa les gusta a todos…

No sabemos si esas declaraciones le salieron a Manuel Fraga del alma, o simplemente fueron un seguidismo de las que pocos días antes había hecho su otrora pupilo, el pontevedrés Mariano Rajoy.

¿Se imagina alguien a Anxo Quintana pactando con Fraga, Rajoy o Feijóo?  Erróneamente Fraga recurrió a poner de ejemplo los pactos de Aznar con CiU y PNV, olvidando que éstos dos últimos partidos políticos son pura y simple derecha, pero periférica y nacionalista.

Para Fraga es «lícita» cualquier salida política que permita -y dale con la misma cantinela- «servir a Galicia un poco menos mal»… Pero olvida su «autoidentificación», término que empleaba nada más aterrizar en la Xunta, por no hablar de nacionalismo.

Fraga fue, no lo olvidemos, el que inició en Galicia la «inmersión lingüística», copiando el modelo catalán de Jordi PujolAznar no le fue a la zaga, pues hasta «hablaba catalán en la intimidad», nos imaginamos que con Ana Botella. En Baleares y en la Comunidad Valenciana el PP, sigue la misma senda.  Y en Andalucía, los «populares», guiados por Javier Arenas apoyaron también lo de «nación andaluza».

De lo resultados del País Vasco y de sus consecuencias hablaremos de inmediato…