Aquilino Tejedo (5/4/2009)
El radio-predicador político de la COPE, Federico Jiménez Losantos, ha recibido el preaviso de cese, al finalizar su contrato -a 31 de agosto- como conductor y director del magazin «La Mañana». Ausente estos días, por vacaciones, se espera su reacción, ante la oferta alternativa por parte de la empresa, de pasar al programa nocturno «La Linterna», con César Vidal.
En la emisora se anuncia que la respuesta la dará él mismo, cuando vuelva ante los micrófonos, el martes 14 de abril (aniversario de la proclamación de la II República).
Sorprende que Losantos, según ha venido haciendo, se vaya de descanso con tanta antelación sobre los días no laborables; pero especialmente ahora, cuando a los temas calientes de la actualidad se añade una presumible remodelación del Gobierno. Esa desvinculación con lo noticiable forma parte del perfil de Losantos, reciclado desde su profesión de profesor de Literatura en la Enseñanza Media. Otras características impropias del periodismo son sus excesos verbales y sus machaconas reiteraciones a lo largo de las muchas horas del espacio que dirige. A pesar de todo, su estilo bien diferenciado de los límites pacatos de sus competidores, le ha proporcionado una legión de oyentes.
Bastantes periodistas de las Redacciones de COPE discrepan del tono habitual de Losantos a través de las ondas; pero temen que su baja afecte a los índices de audiencia y, en consecuencia a la economía de la cadena radiofónica.
Quien ha comunicado el cese a fecha fija a Losantos ha sido Alfonso Coronel de Palma, presidente de COPE, incapaz hasta ahora de modular la línea del responsable de «La Mañana». Como, además, Coronel de Palma dejó maltrecha la economía de la Fundación San Pablo CEU y sus centros docentes, en diez años de gestión, se teme que haga algo parecido con COPE. Entre los lastres de su trayectoria está también la intervención por el Banco de España de Eurobank, que se olvida al citar como precedente inmediato de Caja Castilla La Mancha. Pues Eurobank del Mediterráneo estuvo por medio.
Losantos ha perdido un difícil equilibrio cuando, de sus dos valedores – los cardenales Rouco y Cañizares– se quedó sin la ayuda del segundo. Tampoco la presencia en COPE de Coronel de Palma se entiende sin Rouco y sus tragaderas. Dicho más finamente, a la moda políticamente correcta: su doble moral. Y eso que no es jesuita como Martínez Camino (ya monseñor).