presidente-moralesJ.M.G.T. (14/9/2009)
El Fórum Europa Nueva Economía ha abierto el curso 2009-2010, con un desayuno informativo, en el madrileño Hotel Ritz, que contaba como invitado con el presidente de la República de Bolivia, Evo Morales. Asistieron desatacados empresarios, así como personalidades de la política, de la diplomacia y representantes de medios de Comunicación.

Actuó de presentador el presidente del Senado, Javier Rojo, subrayando que se trataba del primer presidente indio de Bolivia, próximo a cumplir 50 años de edad. Recordó sus antecedentes de autodidacta, sindicalista cocalero y líder de la oposición parlamentaria. Hizo referencia, Rojo, a la Ley de Autonomías en Bolivia, para poner a disposición de Morales la «rica experiencia» autonomista con que cuenta España. Al escucharlo uno pensaba que esa experiencia pasa ahora por sus peores momentos, en parte por su evolución centrífuga y en parte porque más que de rica cabe calificarla de costosa. En todo caso, merece la pena tomarla en cuenta.

Evo Morales tomó la palabra para expresarse, larga y anecdóticamente, con un tono de bonhomía, en un castellano llano y claro.

Su lucha, señaló, que viene de muy atrás y que los abuelos ya planteaban nuevas relaciones entre indígenas y mestizos. No se considera autoritario ni excluyente y sí con derecho a mantener relaciones con todos los países y líderes, como Irán, Chávez, Fidel y Estados Unidos.

Plantea nada menos que un nuevo modelo de vida, algo que rememora la vieja idea del hombre nuevo.

Califica de ladrones y de saqueos los comportamientos de políticos y políticas que le precedieron. Concreta que todavía en su etapa algunas empresas -no españolas- insinúan «dar plata»  para las futuras elecciones. Afirma que él no necesita «plata» para hace política. Le basta con la concienciación del pueblo. Ha ganado en las urnas por amplio margen, aunque no había previsto que su movimiento le llevara a la Presidencia en tan poco tiempo, después de haber recibido acusaciones tan graves como las de terrorista y narcotraficante cocalero, por lo que nunca le facilitaron una visa para viajar a Estados Unidos y aún hoy sólo puede hacerlo por unos días.

Evo Morales, según dijo, busca realizar transformaciones profundas, a favor del pueblo boliviano, en democracia. Ello implica una política de redistribución.

Habló también del Estado plurinacional en Bolivia y, al referirse a nuestro país, tuvo un «lapsus», mencionándolo como «la República de España», eso sí, con la misma naturalidad que todo el resto de su afable discurso.

Sin ambages, recordó que algunos plantearon matar a Evo Morales por su decisión de modificar la Ley de Hidrocarburos y que hay empresas conspirando contra su Gobierno. Varios intentos de derribarlo, fracasaron y así cambió un pronóstico inicial, de modo que surge el convencimiento de que «El Indio va a estar ahí mucho tiempo».

Reconoció que Bolivia necesita socios -no patronos- para explotar el petróleo, el hierro y demás riquezas.

A una pregunta sobre las bases militares de Estados Unidos, contestó que su presencia tal vez suponga diferencias si están en Europa o en sus países, donde cuentan con una larga evidencia de promover golpes de Estado.

La duración del discurso de Evo Morales, combinado con su apretada agenda, redujo mucho el tiempo para formular preguntas. No obstante, la sesión permitió hacerse idea de la personalidad del presidente Morales.