Guinea Ecuatorial
Abaha (28/9/2009)
El último video, de momento, del líder guineano Severo Moto, presidente del Partido del Progreso y del Gobierno en el Exilio, da la impresión de llevar dentro un mensaje inquietante y cargado de pólvora: inquietante para el dictador de Guinea Ecuatorial, claro.
Moto dice en su video que «estamos en píe de guerra por el retorno en libertad», y acto seguido lanza un mensaje a los «suyos», como diciendo «aquí estamos; que sepáis que no os olvidamos; que estaremos pronto con vosotros». Pero, obviamente, no dice más; no puede.
Los que conocen a Moto intuyen más por sus silencios que cuando habla. Moto ha aprendido con los años. Le pasa lo que a los buenos vinos. Si en alguna ocasión alardeó de intentar desalojar a Teodoro Obiang de ese poder que ha conseguido mediante un cruento golpe de Estado, ahora es comedido, discreto…
Los que le conocen saben que no ha descartado nada. Y continúa su labor, a sabiendas que le ven, que le oyen, que le visionan. Pero, él, Severo Moto, sabe lo que quiere y actúa…
Para Guinea Ecuatorial el gobierno español no tiene más que una estrategia -ya lo dijimos en una ocasión-, palo y zanahoria. El «palo» lo ha intentado varias veces, pero de mala forma, con cierta desgana, engañados las más de las veces por los que no quieren que se sepa nada de sus andanzas con los «fondos reservados» para Guinea Ecuatorial. El «palo» lo han intentado varios gobiernos, pero Obiang sabe más de lo que se presupone van a hacer, que ellos mismos. Además, aunque es una obviedad, no hay que olvidar que le sobra el dinero… Compra a unos, y otros caen por el camino en Libreville, Benín, Douala, Malabo, Bata, Rabat… A otros les da tiempo para llegar al hospital Carlos III, pero….
La «zanahoria», el gobierno español se la ofrece a Obiang Nguema en forma de dinero -más bien antes-, pero sobre todo haciéndole favores en las instituciones europeas, en los tribunales españoles, en la Comisión de Derechos de la ONU y, sobre todo, en el ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación de España. Miguel Ángel Moratinos no hace más que sacar manojos de zanahorias y dárselos a Obiang.
Que si el pasaporte de Severo Moto, que si ahora creamos otro MAIB, que si mañana otra Unión Popular, que si nos dedicamos a filtrar «noticias» tendenciosas y falsas. Que si vigila a este, que si difunde noticias falsas de este otro…El caso es que el tirano no quiere elecciones vigiladas ni la presencia de observadores, aunque sean amiguetes. Quiere elecciones a la carta, a su carta, él solito con su PDGE y tres o cuatro satélites.
Ahora, la última moda es tratar de desplazar al líder de UP, Faustino Ondó Ebang, que al parecer les está dando guerra. Y para ello han regalado (Obiang y España) unos millones de francos cfas. a los «nuevos» dirigentes de UP. El gobierno de España aporta, además de dinero, cierta cobertura en los medios de comunicación. Unos reciben la instrucción y otros, bobalicones ellos que no se enteran de la misa la media, «pegan» la noticia y ¡hala a «tirar palante»! que son dos días…
Obiang, entre tanto, se pasea por las Américas. La II Cumbre América del Sur-África, pretende una nueva estrategia de colaboración entre África y Sur América, «para consolidar su emancipación política y económica para desembarzarse del mecanismo injusto de los imperios coloniales», según manifestó el dictador guineano en su intervención en este evento.
La sarta de sandeces que se le ocurrieron decir a Obiang en esa cumbre tienen como sujetos culpables al gobierno español que le «abre» esos foros, pero, también, al anfitrión, Hugo Chávez, presidente de Venezuela y al de Brasil, Lula da Silva. Chávez le ha propuesto a Obiang instalar una refinería de petróleo en Guinea Ecuatorial pues así ganará más dinero.
Menos mal que Michelle Bachelet, presidenta de Chile, manifestó un cierto desafecto a los métodos de permanencia en el poder de Moammar Jaddafi, Teodoro Obiang, Robert Mugabe y Yahya Jammeh, a los que con maneras diplomáticas les habló de las bondades de la democracia y el respeto a los Derechos Humanos, mientras les pedía «respeto» por ellos. A la vez que les sugería que su puesta en práctica les permitiera en las próximas cumbres, mostrar «una posición más ventajosa contra la pobreza, con democracias más fuertes y participativas y ciudadanos que vean sus derechos respetados». Vamos, un varapalo a esos dictadores…
Obiang frunció el gesto…