espacioseuropeos.com (9/1/2010)stephen-harper-primer-ministro-de-canada
Crece la oposición de los ciudadanos canadienses a la decisión del primer ministro, Stephen Harper, del Partido Conservador, de suspender las sesiones del Parlamento hasta el 4 de marzo de este año. Esta decisión del gobierno fue calificada por la oposición como una «afrenta a la democracia».

La suspensión de las sesiones del Parlamento por tres meses ha sido tomada por Harper con la intención de obtener un respiro político durante los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebrarán en la ciudad de Vancouver.

La valoración nacional e internacional del actual gobierno canadiense está siendo muy cuestionada últimamente, sobre todo después de su posición en la cumbre sobre el cambio climático de Copenhague y, sobre todo, por las evidencias de haber entregado prisioneros en Afganistán para que fueran torturados por las autoridades de Kabul.

Con la suspensión de la actividad parlamentaria, Harper intenta  evadir las críticas de la oposición, especialmente durante la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno. En nada le han influido al primer ministro canadiense las declaraciones del líder del Partido Liberal,  Ralph Goodale, que declaró que la suspensión de la actividad parlamentaria es una «increíble afrenta a la democracia».  El resto de los grupos político mantiene similares objeciones.

La suspensión de la vida parlamentaria es un balón de oxígeno para el gobierno canadienses que evita así la investigación de las acusaciones de un alto funcionario gubernamental que mantiene sus declaraciones acerca de que en numerosas ocasiones advirtió al Gobierno del trato que las autoridades de Kabul estaban dando a prisioneros entregados por Canadá.

La decisión de Harper ha provocado un malestar en los medios de comunicación y entre la ciudadanía. De hecho, las inscripciones en el grupo denominado «Canadienses contra la suspensión del Parlamento» -creado en Facebook- está subiendo de manera muy importante, lo que evidencia el creciente descontento entre los canadienses contra la decisión del primer ministro Stephen Harper, sentimiento que también se por esta decisión gubernamental.

Varias encuestas realizadas para conocer el estado de la opinión pública revelan que algo menos del 20 por ciento aprueba la decisión del primer ministro de suspender las sesiones parlamentarias.