Mi Columna
Eugenio Pordomingo (24/3/2010)eugenio2
Para tranquilidad, reposo, relajo, sosiego y paz de espíritu de algunos de nuestros lectores -de paso contestamos a muchos correos electrónicos-, vamos a dejar claro varios aspectos. Por ejemplo, salvo error u omisión, hemos eliminado el acceso a  «comentarios» de nuestro blog, más que nada por evitar los anónimos malintencionados y de paso aliviar la carga de trabajo que suponen.

No obstante, nuestros lectores tienen la posibilidad, a través de la sección Rincón del lector, de mandarnos cuantas sugerencias, protestas, matizaciones u opiniones estimen conveniente, siempre y cuando dejen a un lado las descalificaciones a base de insultos.

¿Por qué tomamos partido por el pueblo saharaui y apoyamos a la oposición guineana? Pues, muy sencillo. El Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial fueron colonias y después provincias españolas; los pobladores de estos territorios fueron españoles y en su bolsillo o cartera portaban con orgullo, en la mayoría de los casos, el DNI (Documento Nacional de Identidad) que les acreditaba como tales. Después, avatares de la historia, dicen -aunque yo creo que más bien fue debido a sinvergonzonadas de algunos y permisividad de la mayoría-, los dejamos abandonados a su suerte. En el caso de los «hombres del desierto», les prometimos ayuda y dar hasta la última gota de nuestra sangre por ellos. En el de los africanos de piel negra, los aparatos del Estado español «colocaron» a un hombre que superó con creces las atrocidades de Francisco Macías, aquel al que España nunca quiso por rivalidades entre dos hombres del franquismo, el almirante y vicepresidente del Gobierno, Luís Carrero Blanco y el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando María de Castiella

Queremos hacer un periódico -en este caso digital- distinto al resto. Aunque esto casi siempre se dice, en este caso lo es. Esta aseveración va acompañada de un firme compromiso puesto en práctica a diario. Algo que nuestros lectores pueden comprobar.

Queremos ofrecer algo más que lo que muestran los demás. Queremos ofrecer información real, sin tendencias, cortapisas ni concesiones de ningún tipo. Pretendemos ahondar en las raíces y en las causas de los hechos de los que nos ocupemos, siempre y cuando nuestros medios técnicos y humanos, y nuestra capacidad, nos lo permitan.

Analizaremos con rigor todo aquello que consideremos sea de interés para nuestros lectores.

Nadie ni nada, escapará a nuestro ojo crítico ni a nuestra capacidad de investigación.

Entendemos que los ciudadanos tienen derecho a una información veraz, sin ocultamientos de ningún tipo, sea cual sea el suceso, las causas que lo originan o las personas que los protagonicen.

En la actualidad, el mundo está convulsionado y enormes peligros se ciernen sobre nuestra sociedad. Los enfrentamientos bélicos que nos asolan tienen, en muchas ocasiones, su germen en las desigualdades humanas; sin excluir la ubicación y explotación de todo tipo de recursos (energéticos, pesqueros, mineralógicos, forestales, etc.).

El terrorismo -fenómeno que no es nuevo, aunque se empeñen en hacérnoslo creer así- va parejo a la existencia del hombre, y sus acciones no tienen excusa ni pretexto, aunque  las más de las veces su origen se encuentra en situaciones de pobreza, marginjusticia-inclinadaación y humillación, sin excluir los odios tribales o de raza, los radicalismos religiosos y en todos los casos la irracionalidad.

El deterioro del Medio Ambiente, la carencia de agua potable, la desigual distribución de los recursos y el consumo energético son, sin duda alguna, fenómenos y problemas de nuevo cuño que hay que tratar de resolver entre todos -Estados y ciudadanos- con diálogo y generosidad. Pero, en cualquier caso, hay que denunciar su existencia.

La desigual distribución de la riqueza entre países ricos y pobres, y entre los ciudadanos de cualquier comunidad, es injusta e intolerable. Si a esto unimos el que millones de personas mueren al año de hambre y que más de un tercio de la población mundial no recibe más de un dólar al día por su trabajo, la situación se hace insostenible.

El deterioro de los Derechos Humanos y de las Libertades y una corrupción política en continúo  aumento, aparte de una excesiva burocratización en las instituciones, son situaciones que a pesar de no pasar inadvertidas, se suelen apartar de nuestras primarias preocupaciones, pensando que es algo momentáneo y que no nos afecta.

La carencia de información directa y real está provocando una tremenda separación entre lo que acontece y lo que se nos muestra. Los llamados «apagones informativos» están siendo, en los últimos tiempos, más habituales de lo normal.

Por todo ello, con humildad, surgimos y permanecemos con cierto éxito, con la intención de contribuir a mejorar las relaciones entre las diversas comunidades de intereses. No por ello, ocultaremos lo negativo que nuestra sociedad tiene, a nuestro entender, ni escamotearemos nuestra opinión. Al contrario; nuestro objetivo es, divulgar todo tipo de información para ponerla en manos de los ciudadanos.

Nuestro lema es: información crítica y veraz, honestidad y ética. Y como siempre, la frase de Ángel Ganivet, precursor de la Generación del 98, «si los de abajo se mueven los de arriba se caen».