J.M.G.T. (15/3/2010)
A los seis meses de su anterior cjoaquin-almuniaomparecencia, Joaquín Almunia ha vuelto a una tribuna madrileña de Nueva Economía Fórum. Algunas cosas han cambiado en ese corto periodo. Él ascendió de Comisario Europeo para Asuntos Económicos y Monetarios a Vicepresidente de la Comisión Europea y Comisario Europeo de Competencia. Y el desayuno informativo cambió, para la actual ocasión  como para algunas otras, el Hotel Ritz por el Westin Palace.

Insiste Almunia sobre algo que ya esbozó entonces. En que lo peor de la crisis ha pasado; pero añade que salir de la recesión no es salir de la crisis y que algunas de las  vertientes de la misma exigirán un plazo de años. Ahora, concretó, vivimos unos meses difíciles, no sólo por la crisis griega sino por orientar la política económica europea, una cuestión que requiere tomar medidas.

Reconoció que  Grecia ha aplicado un tercer paquete de decisiones de ajuste. Supera con ello  lo esperado.

La Unión Europea como tal está actuando con reformas del sistema financiero. Así, una mayor coordinación de los supervisores, revisión de las reglas denominadas prudenciales, regulación de la solvencia y liquidez en las entidades  financieras para dinamizar los créditos,  o la pretensión de aumentar la transparencia en los mercados.

El Comisario Almunia expuso la existencia de ciertos problemas para aplicar el Tratado de Lisboa. Apuntó que algunos de los jefes de Estado y de Gobierno  no aceptan de buen grado la nueva figura del  presidente estable de la Unión Europea, que personifica Herman Van  Rompuy, o la necesidad del servicio diplomático europeo para que pueda llevar a cabo su cometido de acción exterior, la Alta Representante, Catherine Ashton.

Echa en falta más impulso político con visión europeísta.

El optimismo antropológico, en  Europa
Durante el coloquio, Joaquín Almunia informó de que el programa de estabilidad de España, presentado a finales de enero, aprobado inicialmente y pendiente de sucesivos exámenes en estos mismos días, se ha considerado que «peca de un cierto optimismo» de cara al futuro.

Dio a conocer, por otro lado, que el presupuesto para la competitividad europea ya supera al de la política agraria común, que tradicionalmente constituía el mayor renglón de gastos.

La impresión que el observador pudo sacar del acto es que Almunia se expresó como mayor naturalidad sobre los temas de la Unión propiamente dicha que sobre los que atañen a España. En éstos  últimos venía aportando opiniones con otro desembarazo. Cabría pensar que los conmilitones del PSOE le hayan pedido árnica, al menos mientras dure el semestre de la presidencia rotatoria de España.