espacioseuropeos.com (30/3/2010)julian-harston
El digital El Imparcial publica un entrevista con el británico Julian Harston, ex-representante del secretario general de la ONU, realizada por Álvaro Ballesteros, en la que éste muestra sus impresiones sobre el Sáhara Occidental tras varios años destinado en la zona.

A la pregunta del periodista sobre su labor como Jefe de la misión de la ONU en el Sáhara Occidental (MINURSO), Harston contesta que «siempre hubo una presión asimétrica de la Comunidad Internacional sobre una de las partes (…)  principalmente se presionó al Polisario. Las negociaciones nunca llegan a buen puerto cuando sólo se presiona a una de las partes».

Harston manifiesta que responsables de la ONU han «defendido posturas totalmente contradictorias en temas como el Sáhara Occidental (…) los líderes en Washington, Londres y París apoyan la solución de autonomía dentro de Marruecos», mientras que Kosovo apoyan, inexplicablemente, la independencia.

«Volviendo a la cuestión del Sahara, Mohamed VI ha jugado bien sus cartas. Al introducir la posibilidad de autonomía para otras regiones dentro de Marruecos, ha creado el marco adecuado para reforzar sus reivindicaciones sobre el Sáhara. Pero las resoluciones de la ONU aún exigen el mutuo acuerdo de las partes y algún modo de satisfacción para implementar los deseos de autodeterminación de los saharauis», afirma Julian Harston.

El entrevistador pregunta: ¿Cuál es su opinión sobre el papel jugado por España en el conflicto del Sáhara Occidental? Y el ex funcionario de la ONU responde:

«Viví dos años en Portugal y entiendo perfectamente el sentimiento en ambos países por la manera poco limpia en que se gestionó la cesión de sus responsabilidades coloniales en los años 70. Como Jefe de la MINURSO siempre me impresionó el alto nivel de apoyo al pueblo saharaui entre la población española en general, como los programas de acogida para niños saharauis en familias españolas o los miles de contenedores de ayuda enviados a los campos de refugiados por ayuntamientos de toda España. Eso es algo que nunca olvidaré. No cabe duda que el pueblo español en general se ve muy ligado al saharaui y que siente un fuerte sentimiento de responsabilidad por la situación del Sáhara, lo que supone un problema para el gobierno español, que no ha mostrado nunca ninguna voluntad real de apoyar iniciativas creíbles para solucionar este conflicto».

 

«España no ha presionado nunca para estar en la toma de decisiones sobre el conflicto del Sáhara. Todos los gobiernos españoles en Madrid simplemente se lavaron las manos desde 1975. También hay que preguntarse qué es lo que España estaría verdaderamente dispuesta a aportar y cómo ello afectaría a sus relaciones comerciales con Marruecos, sin olvidar el asunto de Ceuta y Melilla», añade Harston.