guerrero1Abaha (17/3/2010)
El día 16 de este mes, el dictador de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, inauguró el primer periodo ordinario de la Cámara de los Representantes del Pueblo, una especie de Congreso de los Diputados, con su Bono y todo, aunque aquí se llame Ángel Serafín Seriche Dugan.

En la sede de la Cámara en Bata, Obiang presenció la pantomima del juramento de los nuevos diputados, entre ellos el supuesto opositor Plácido Micó del CPDS. En el magno acto se encontraba  presente el Obispo de Bata, Juan Matogo Oyana!

No vamos a comentar nada sobre la parafernalia, tratando de imitar a los parlamentos occidentales, acerca de las leyes en curo ni los comentarios del Presidente de la Cámara sobre las ausencias de los diputados, sin excluir su crítica al terrorismo nacional e internacional, olvidando mirar al patio de casa, o sea a Black Beach, por ejemplo.

Por si todo esto fuera poco, Obiang Nguema Mbasogo, se lanzó al ruedo de la oratoria para condenar a corrupción e invitar a todos a «caminar juntos». Y rápidamente alguna prensa española, lo publica, sin percatarse de que ya ni la comisión de la  «constatación» se atreve a defender al tirano.

Una vez más, ciertos sectores de la oposición -especialmente la ubicada en España-  se bate en trifulcas internas. El caso de ahora es sobre una supuesta delación de un opositor que, al parecer, ha podido «entregar»  en Benin a los opositores José Abeso Nsue (alias POPO), ex capitán del Ejército, Manuel Ndong Anseme, ex teniente de la Marina,  Jacinto Micha Obiang, ex resguardo de Aduanas, Alipio Ndong Asumu y Pedro Motou Mamiaga.

Todos ellos fueron secuestrados y se encuentran en la prisión de Black Beach en Malabo. Al parecer, han sido torturados durante los interrogatorios y uno de ellos, presuntamente, murió hace unos días. Pero, repetimos, son datos sin confirmar. Como también lo es la presunta delación.

A estas alturas no nos debería sorprender que un embajador, en este caso el de España en Malabo, Manuel Gómez-Acebo, haga ciertas declaraciones como las que él ha hecho en La Gaceta de Guinea Ecuatorial. Por ejemplo, afirma el diplomático que «El autoproclamado gobierno de Guinea en el exilio no está amparado por el gobierno español». No hace falta que lo asegure señor Gómez-Acebo, pues en caso contrario no hubieran enchironado a Severo Moto durante más de cuatro meses.

Nos parece hasta inmoral que el embajador español hable de «relaciones de respeto mutuo y de construcción de una confianza cada vez mayor». ¡Hombre!, eso puede ir en el sueldo, pero por encima debería estar la dignidad y cierto sentido del ridículo.

A embajador-de-espana-gomez-acebouna pregunta del periodista, l embajador le responde esto: «Guinea Ecuatorial está haciendo grandes esfuerzos por esa modernización en lo económico, social y político. Tiene una presencia en distintos organismos subregionales e internacionales que se dedican sobre los derechos fundamentales, como el reciente ejercicio de repaso de su situación de los derechos humanos. Hay un compromiso público del país en este tema y España en el semestre de la presidencia de la Unión Europea y otros países, le quieren acompañar en este compromiso».

Y el columpio se puso en movimiento. El embajador español responde así a la pregunta sobre el proceso electoral habido de la ex colonia española: «Respetamos los procesos políticos de los demás países, y por lo tanto, no hay ninguna expresión de valoración de si está bien, mal o regular. Tanto el rey Juan Carlos como el presidente Zapatero, ya felicitaron al presidente Obiang Nguema Mbasogo por su investidura a raíz de su victoria. Tenemos un gobierno de interlocutor con el que vamos a trabajar en los próximos 7 años. Es un gobierno que como lo dijo el propio presidente Obiang, asegura una continuidad activa, lo cual es una continuidad de sus mismos ministros y unas metas concretas».

Señor Gómez-Acebo, ¿entonces por qué ha enviado el ministerio de Asuntos Exteriores a tanto observador elegido a dedo -todo pagado- que luego no han hecho más que bendecir el proceso electoral guineano?

Un poco más de tacto señor Gómez-Acebo, cómo dice usted que «tanto el rey Juan Carlos como el presidente Zapatero, ya felicitaron al presidente Obiang Nguema Mbasogo por su investidura a raíz de su victoria» electoral. ¿No ha leído usted el  informe del Departamento de Estado de Estados Unidos en el que se critica con dureza esas elecciones?

Pero, ¿qué hace ante todo esto la oposición guineana en España? Pues, sinceramente, poco. En parte entendemos esta manera de actuar. Primero, aquí casi todos los gobiernos se encargan de acogotarlos económica y judicialmente, cuando no de entregarlos en bandeja al sátrapa; después, las «perdices» los estrujan al máximo, tratando de conocer hasta los más mínimos detalles. Después vienen las rencillas tribales, distritales y de partido…

Todos creen saber lo que hay que hacer. Discutir estrategias o tácticas, si es que existen, es tiempo perdido. Pero nos llama la atención que no se responda a este tipo de declaraciones -como las del embajador de España – o, al menos, que se maticen. También nos extraña que nadie responda a lo que la mayoría de las veces publican los medios de comunicación españoles. También nos llamluis-yaneza la atención la escasa presencia de actos (ruedas de prensa, conferencias, encuentros, mesas redondas…) en los que se escuche la voz de los opositores.

¿Cómo es posible que nadie critique la postura del portavoz del PP, el diputado Gustavo  de Arístegui, que sí condena  al régimen cubano por dejar morir al disidente Zapata, pero ni mú sobre las atrocidades de Obiang?

¿Cómo es posible que los opositores guineanos no cuestionen también la actitud del eurodiputado  del PSOE, Luís Yáñez-Barnuevo García,, que, asimismo, nunca ha criticado ni denunciado lo que viene aconteciendo en Guinea Ecuatorial desde 1979?  El caso del señor Yáñez-Barnuevo, es más sangrante pues conoce bien, muy bien, Guinea Ecuatorial, entre otras cosas, debido a los cargos que ha tenido en el PSOE así como en la Secretaria de Estado de Cooperación…

La energía concentrada sobre un punto es más eficaz que si se dispersa.