P. E. Acebal (25/3/2010)mayor-oeja
Representantes del PSOE protestan, con lamentos y dengues de  virtud escarnecida, por las declaraciones de Jaime Mayor Oreja sobre la renovación de negociaciones con ETA por parte del Gobierno. Este retorno a las negociaciones bajo cuerda -probablemente la interrupción fue breve- a nadie medianamente informado puede sorprender, porque la credibilidad de Zapatero es nula, dada su insistente tendencia a faltar a la verdad, con un descaro que lo pone de manifiesto. En este caso concreto, las pruebas son evidentes.

Baste recordar que ZP durante la larga, desastrosa y finalmente fallida, negociación con ETA de su primer mandato, consiguió una resolución parlamentaria que facultaba al Gobierno para contactos de ese género con los terroristas. Cuando descarrilado el proceso, como podía prever hasta el más lerdo, el ocupante de La Moncloa profería promesas verbales de no repetir jamás un intento similar, su propio comportamiento delataba que el jamás terminaba a la vuelta de cualquier esquina en el tiempo. Su contradicción era clamorosa. No sólo no buscaba, «motu proprio», la revocación de aquella delirante resolución parlamentaria, sino que desatendía propuestas ajenas para que se produjera. ¿Cabe alguna duda de que si se aferra a mantenerla es porque, cerrilmente, insiste en negociar?

 Sobrarían otras pruebas demostrativas; pero las hay. La franquicia etarra  ANV sigue en los ayuntamientos, pese a ser más letal que la corrupción de la corporación removida de Marbella. 

Y el faisán en veda, al cuidado de Garzón…tampoco es moco de pavo.

Desde luego, sobra con las pistas apuntadas… y aún habría más.