J.M.G.T. (16/4/2010)jose-blanco-ministro-de-fomento
José Blanco, ministro de Fomento y vicesecretario general del PSOE, ha hablado desde la tribuna  del Fórum Europa, en uno de sus desayunos informativos, en Madrid.

Introdujo la sesión el presidente de la entidad organizadora, José Luis Rodríguez, que destacó la multitudinaria asistencia al acto. Habló de la omnipresencia del político, que lo ha sido casi todo en el PSOE, y del cual muchos piensan  que emulará el papel que tuvo en sus tiempos Alfonso Guerra, en el segundo puesto del Gobierno.

El titular de Fomento defiende que, con el Plan Extraordinario de Infraestructuras, conseguirán estimular la inversión productiva en los tres próximos años, con el fin de impulsar la recuperación.

Apuntó cómo la burbuja inmobiliaria ha perjudicado al sistema financiero español, obligado ahora a digerir los efectos en sus balances, restringiendo el crédito a otras actividades productivas.

El envejecimiento de la población, por otra parte, exige la reforma de nuestro sistema de pensiones.

En el ámbito de su departamento se mostró decidido a potenciar el transporte de mercancías por ferrocarril. «Consensuaremos -concretó- con todas las Comunidades Autónomas, el Plan Estratégico de Transporte Ferroviario de Mercancías, en la próxima conferencia sectorial que celebraremos en el mes de mayo».

Repitió mucho «eficiencia», «eficiencia», «más eficiencia», y hasta «un objetivo fundamental: ser más eficientes». Al ministro de Obras Públicas del franquismo, Federico Silva Muñoz, se le apellidó periodísticamente «ministro eficacia». Tal vez Blanco querría ser calificado de «ministro eficiencia». Aunque eficacia y eficiencia pueden considerarse sinónimos, el segundo hasta suena mejor: «efi-ciencia». Claro que la ciencia jurídica de Silva era algo mayor, como abogado del Estado y letrado del Consejo de Estado; pero eso no quita para que Blanco pueda llegar a más en política.

Por cierto, en el coloquio del desayuno cronificado,  José Blanco mostró su opinión favorable a las tasas planteadas por ciertas iniciativas para aplicar a entidades financieras, si bien hizo constar que habrían de ser establecidas, en su caso, por la Unión Europea.

Ante una pregunta sobre Garzón respondió: «Me duele que los falangistas puedan sentar en el banquillo a un juez por querer recuperar la memoria sobre las víctimas del franquismo».

La multitudinaria asistencia, más que oler humeantes  desayunos, parecía oler, poder en alza.