Mi Columna
Eugenio Pordomingo (9/6/2010)mariano-rajoy
La clase política, La Casta, anda más que despistada; pero también los medios de comunicación. Los segundos, quizás, no es que se encuentren en zona cerebral de despiste, sino que van a lo suyo. Así queda reflejado en la portada de un diario nacional en la que se ve a tres supuestos sindicalistas camino de la Puerta del Sol en Madrid, portando una pancarta con el anagrama de un sindicato. Los tres caminan casi en soledad. Con esta fotografía el diario pretende mostrar el fracaso de la manifestación de ayer en protesta por el «decretazo» de Zapatero que supone un recorte salarial del 5 por ciento de media y la congelación para el año 2011.

Como siempre, la botella esta medio llena para unos y medio vacía para otros. El paro y la manifestación de ayer no fueron un éxito, pero tampoco un fracaso. Los funcionarios y contratados laborales de la Administración, así como el resto de los trabajadores de este país, no están ensimismados, ni encantados, ni agradecidos -ni de manera mayoritaria afiliados- con la  actuación de los sindicatos. Pero, no por eso se debe menospreciar y echar en saco roto que ayer desde Cibeles a la Puerta del Sol hubo miles de funcionarios y contratados laborales.

Unos, muchos, eran militantes de CC. OO., UGT, CSI-CSIF y CSIT -y algún despistado de la CNT-; otros asistieron, tapándose la nariz como lo hiciera Indro Montanelli cuando votaba a la democracia cristiana en Italia, sabiendo que participaban en un juego ya establecido, pero tenían que mostrar su rechazo al «decretazo» del gobierno socialista de Zapatero.

Dentro del despiste nacional o de los «roles cambiados», tenemos el caso del Partido Popular. Una muestra. El diputado nacional de esta formación política, Esteban González Pons, secretario de Comunicación, afirmó ayer por la mañana en  ‘Los desayunos de TVE’, lo siguiente: «aunque las huelgas representan siempre un fracaso, si yo fuera funcionario, hoy estaría de huelga».

Distinta opinión tiene Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz en el Congreso del PP, que a pesar de entender el «enfado comprensible» de los funcionarios, manifiesta  que «respeta el derecho de huelga» aunque su partido «siempre ha entendido que la huelga no es la solución».

Entiendo que ella, que es funcionaria en excedencia, no se sumaría a los huelguistas como si lo haría Esteban González Pons, compañero de partido y nada menos que secretario de Comunicación.

Dos opiniones distintas y distantes desde la misma estructura. ¿Con cuál nos quedamos?