Mi Columna
Eugenio Pordomingo (12/7/2010)espana-gana-el-mundial-de-fultbol
Hace unos días, en su página de Internet, el senador del PNV, Iñaki Anasagasti, escribió un texto que tituló: CON LA NARANJA. Entre otras cosas decía el senador español -pues cobra sueldo, dietas, percibe prebendas en forma de viajes, ayuda a residir en Madrid, transporte, etc.-, aparte de sentarse en un escaño o escoño del Senado, sito en la Plaza de la Marina Española- que «ante el silencio al que nos han sometido a los que no tenemos la obligación de aplaudir por decreto emocional el uno cero Y con plena libertad, sin temor a que le abucheen, le peguen una golpiza o, lo que es peor, atenten contra su vida, como sucede -suecdía, al menos de momento- en una comunidad autónoma, nos espeta lo siguiente: «En primer lugar me parece bochornosa la actitud de todos los comentaristas deportivos. Unanimidad patriótica en vena. España es el país de los grandes éxitos deportivos: Nadal, Alonso, la Roja, Contador,….».

Con cierta ironía se refiere el senador a que «No hay paro, la deuda se paga, la edad de jubilación se rebaja, el déficit decrece, la presidencia española ha sido todo un éxito, la sentencia sobre el Estatut ha sido un logro. Y lógicamente ante ese panorama, solo falta la guinda: la copa del mundo. Lo demás no existe. Se tapa». Con este párrafo estoy de acuerdo en parte, aunque hay que decir que usted y su partido votaron a favor de los presupuestos generales del Gobierno a pesar de que no le «gustaban», y tampoco se opusieron a la reducción del sueldo de los funcionarios y empleados públicos.

Dice el senador Anasagasti que «Existe el nacionalismo vasco y existe el nacionalismo español. El español no le deja al vasco jugar con su Selección y además Holanda tiene el mismo color naranja que nuestro equipo ciclista. Pues eso». Y añade, «Si de colores se trata, me quedo con el naranja y si a toda fuerza se le opone una igual, pero de sentido contrario y si en Madrid quieren que, como en tiempos de Franco solo impere el pan y circo, me quedo con Holanda, aunque reconozca que la Selección única española tiene unos magníficos jugadores. Pero eso sería hablar de fútbol. Y aquí hablamos de sentimientos».

El Diccionario de la Real Academia Española -lo siento- define la palabra «sentimiento» como «Estado afectivo del ánimo producido por causas que lo impresionan vivamente», y también como «Estado del ánimo afligido por un suceso triste o doloroso». Elija, señor Anasagasti, las dos acepciones tiran más hacia el estado de ánimo que al raciocinio.

Se me olvidaba decirle, al senador, que no he sido partidario nunca del fútbol, no me atrae, no me pone -como ha dicho el Presidente de Cantabria-, pero ayer me senté a ver el partido entre España y Holanda, y a disfrutarlo, a pesar de las marrullerías que sin parar hacían los «naranjas», aunque al final esperaron cabizbajos y llorosos a felicitar a la selección nacional española.

No aprecié ningún problema, disensión o enfrentamiento, entre los jugadores españoles, entrenador y resto de asistentes, hayan nacido o vivan en distintas provincias españolas. Toro fue armonía, trabajo duro y éxito. También muchos euros, cierto.

Lo siento, por usted, señor Anasagasti, lo debe estar pasando muy mal. 

Sobre el libro de Galindez -que usted menciona en su página de internet-, y sobre su visita a Guinea Ecuatorial, formando parte de una delegación española de parlamentarios, para respaldar al dictador Teodoro Obiang Nguema -en caso contrario no habrían ido-, hablaré otro día.

Es madrugada. Me voy a la cama, a intentar dormir. Aunque dudo que lo pueda hacer. Los petardos, los sonidos o ruidos de las vuvuzelas  y los «Viva España» -que me empiezan a poner-, seguro que me lo van a poner un tanto difícil.

contra Alemania y ante la euforia desatada, vayan aquí algunas consideraciones».