Mi Columna/Guinea Ecuatorial
Eugenio Pordomingo (28/7/2010)lula-y-obiang1
Poco a poco, pasito a pasito, al dictador Teodoro Obiang Nguema se le van cerrando los caminos que conducen a Roma o a la pervivencia nadando en oro como Gilito,  el tío del Pato Donald. Después de la visita a Malabo de Lula da Silva, presidente de Brasil, donde aparte de ser agasajado y fotografiado para uso y abuso del dictador guineano, éste vio que ni pintada la ocasión para tratar de extender su maltrecha imagen por allende los mares.  

Lula dejó al lado la tan cacareada ética y estética del Partido del Trabajo, con el que llegó a la presidencia de su país, y firmó y requetefirmó acuerdos de compra de las materias primas (petróleo y gas especialmente) del pueblo guineano, sin decir ni mú sobre la dictadura que ejerce Obiang Nguema. El dinero no tiene color, aunque a veces la gasolina tenga el color de la sangre.

Tras los últimos fiascos de Obiang por presentar una imagen mediática medianamente aceptable, éste vio la ocasión de que le aceptaran en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), y ni corto ni perezoso se lanzó a la operación. La primera medida, decretar el portugués como lengua oficial, que como es sabido hablan en la intimidad todos los guineanos, como José María Aznar habla el catalán en la intimidad familiar.

Pero a lo que se ve, los países lusos no son tan ilusos como España, y le han cercenado su petición de integrarse en esa comunidad y poder cantar fados. La visita de Lula le vino que ni pintada a Obiang Nguema, pero una vez los barriles de petróleo en el bolsillo, ya se sabe.

La Comunidad de Países de Lengua Portuguesa está integrada por Portugal, Brasil, Angola, Cabo Verde, Guinea Bissau, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y Timor Oriental. Guinea Ecuatorial es miembro observador, y no es la primera vez ni será la última, que intenta conseguir una silla en ese organismo, al igual que hizo Zapatero en el G-20, donde consiguió una plaza después de suplicarle a Sarkozy que le metiese, aunque fuese  con calzador, tras aquel famoso «pídeme lo que quieras». Y vaya si lo hizo el presidente francés.

Pero, la sociedad portuguesa, que al parecer no dormita ni babea como la española ante la prensa del corazón y las promesas incumplidas de la clase política, se lanzó contra la posibilidad de que  Obiang tuviese algo que ver  con el idioma de Luís de Camoens; los medios de comunicación lusos hicieron otro tanto.

Iba a comentar algo acerca del estrangulamiento -debido quizás a la crisis económica- que empieza a notarse en los proyectos de cooperación (Canarias ha dejado fuera a la ex colonia española, y ahora es la Comunidad Autónoma de Andalucía la que ha excluido a Guinea Ecuatorial de sus prioridades), pero con lo comentado basta por hoy.