Francia
espacioseuropeos.com (19/8/2010)nicolas-sarkozy
El Plan de Ayuda de Retorno Voluntario -y del obligatorio- ha comenzado en Francia. Hoy ha partido el primer vuelo con destino a Rumania, en el que viajan 79 rumanos expatriados y acogidos al PARV. En una primera etapa el gobierno de Nicolas Sarkozy ha previsto la expulsión de 700 personas de etnia gitana con destino a Rumania y Bulgaria.

Este primer vuelo no ha sido nada conflictivo, ya que todos los integrantes del mismo se han acogido al Plan de Ayuda de Retorno Voluntario, que dota con 300 euros a cada adulto y 100 por menor. Francia espera así repatriar en pocos días  a 371 gitanos rumanos. El gobierno galo enviará mañana otras 132 personas de esa etnia a Rumania, y el próximo jueves, otros 160 llegarán a Bucarest.

La Comisión Europea anunció ayer -según recoge RFI– que seguirá «muy atentamente» que Francia «cumpla las reglas» del derecho comunitario durante el desarrollo de estas expulsiones o repatriaciones.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores rumano, Teodor Baconschi, ha mostrado su temor a que se produzcan «reacciones xenófobas» contra los rumanos que se encuentran en el resto de los países europeos: «Expreso mi preocupación por los riesgos de derrape populista y de reacciones xenófobas en un contexto de crisis económica. Si intercambiamos acusaciones o criminalizamos colectivamente a grupos étnicos (…) en lugar de encontrar soluciones, generamos tensiones», manifestó a la emisora gala RFI.

Alrededor de 400.000 personas de etnia gitana de Rumania viven en la actualidad en Francia, aunque el número es mucho mayor si se suman los procedentes de Bulgaria y otros países bálticos. La crisis económica y la protección que reciben en Francia los inmigrantes es caldo de cultivo para que ese número vaya en aumento.

Estas expulsiones tienen su origen en los violentos altercados que se produjeron tras la muerte de un joven de raza gitana en Francia, a consecuencia de una persecución policial.  La reacción de Sarkozy fue declarar la guerra a l criminalidad que tiene su germen en ese colectivo.

Nos llama la atención la «preocupación» que muestran ahora las autoridades rumanas y búlgaras, así como algunos medios de comunicación de esos países, cuando no han tenido la más mínima sensibilidad por analizar y criticar la actitud de una parte importante de esos colectivos, causantes de actos delictivos en Francia.

Es acaso xenófobo citar los datos de la delincuencia (tráfico de drogas y armas, prostitución, atracos, violencia de género…) protagonizados por individuos de determinadas etnias, religiones y nacionalidades. ¿Es mejor, como se hace en España, ocultar la procedencia de autores de actos delictivos?