espacioseuropeos.com (3/8/2010)soldados-americanos-en-irak
Los cantos de sirena de la Administración Obama, como antes la de Bush, se dedican a propalar la mejora del pueblo iraquí, ya sin dictadura; pero la cruda realidad nos muestra todo lo contrario. La invasión estadounidense, con apoyo de algunas potencias occidentales, ha dejado a una sociedad enfrentada, sin control de sus recursos petrolíferos, con su patrimonio cultural esquilmado, y, por supuesto, con centenares de miles de muertos, a los que hay que sumar los que produce la actual situación sanitaria, alimentaria e higiénica.

La cifra de muertos, en distintos actos violentos, del pasado mes de julio ha sido la mayor en los dos últimos años. Los datos recogidos por los ministerios de Interior, Defensa y Sanidad iraquíes, confirman que al menos 535 personas murieron en distintos actos violentos, de las cuales 396 eran civiles y 139  miembros de las fuerzas de seguridad del país; 1.043 personas resultaron heridas, 680 de ellas civiles y 363 funcionarios.

De acuerdo con estas cifras, el número de muertos del mes de julio ha sido el más mortífero desde mayo del año 2008.

El ejército de Estados Unidos sigue sufriendo bajas en Irak, como lo confirma la muerte de cuatro soldados en este mes, elevando la cifra total a 4.413 desde el comienzo de la invasión en 2003. En la actualidad, es probable que Estados Unidos se retire, aunque aparentemente de Irak, el 1 de septiembre, aunque todavía permanecerán en suelo iraquí unos 50.000 efectivos militares y de información.