Bushehr (Irán)
espacioseuropeos.com (21/8/2010)central-nuclear-irani
El gobierno iraní efectuará hoy sábado la puesta en funcionamiento de la primera central nuclear de producción eléctrica del país. La central se encuentra ubicada en la localidad de Bushehr. Según todas las previsiones, la central comenzará a producir energía eléctrica antes de que finalice este año.

Rusia ha desempeñado un papel fundamental en la construcción de esta central nuclear. Atomstroiexport (del consorcio ruso Rosatom), ha sido la encargada de gestionar la construcción de esta primera central nuclear iraní.

Según informa RIA Novosti, las obras «fueron iniciadas en 1974 por el consorcio alemán Kraftwerk Union A.G. (Siemens/KWU), pero en 1980 la compañía rompió el contrato debido a la decisión del Gobierno alemán de apoyar el embargo de EE. UU., sobre el suministro de equipos a Irán». Por su parte, Rusia firmó en el año 1998 un contrato con Irán para completar las obras en Bushehr, pero el lanzamiento de la central se pospuso en reiteradas ocasiones por razones financieras o técnicas, de acuerdo con la misma fuente.

Es de sobra conocido, la presión que Estados Unidos, Gran Bretaña y otros países occidentales han ejercido sobre Irán, país al que acusan de estar preparando la producción masiva de armamento nuclear, «bajo la cobertura de su programa civil de energía atómica».

Siempre, Teherán ha rechazado estas acusaciones y «asegura que su programa nuclear está orientado a satisfacer la demanda interna de energía».

Nosotros, que no somos partidarios de armas atómicas, y si es posible tampoco de las otras, nos preguntamos cómo es posible tanto cinismo por parte de las grandes podencas, cuando si «permiten» que Israel, India y Pakistán -por no extender la lista a los países llamados occidentales- si dispongan de un importante arsenal nuclear.  Más vale que obliguen a India y Pakistán, por ejemplo, a no gastar un euro o dólar, en armamento -del tipo que sea- y atender a su población desnutrida y asolada por las inundaciones, enfermedades y demás calamidades.

¡Basta ya de tomarnos el pelo!