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espacioseuropeos.com (25/9/2010)
El Consejo de Ministros que se celebró ayer acordó una contribución voluntaria de 200.000 euros, con cargo al Ministerio de Igualdad. Ese dinero irá a parar al Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM), 80.000 euros; Instituto Internacional de Investigaciones y capacitación para al Promoción de la Mujer (INSTRAW), 80.000 euros; y Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas (20.000 euros)

Igualmente, se autoriza una contribución voluntaria al Consejo de Europa (Comité Director para la Igualdad entre Mujeres y Hombres y Unidad contra la Trata) por un importe de 20.000 euros, según referencia del Consejo de Ministros celebrado ayer viernes.

Las aportaciones propuestas se enmarcan dentro de la política general del Gobierno de colaboración con organismos internacionales que promueven la igualdad de género y el «empoderamiento» –dixit Presidencia del Gobierno- de las mujeres, así como de ayuda al desarrollo, mediante la financiación de proyectos que contribuyen a una mayor capacitación e integración de las mujeres en los países en vías de desarrollo.

En primer lugar, estamos casi seguros que esas pobre mujeres no llegarán a ver un euro, pues entre gastos de ágapes, móviles, salarios de los «cooperantes» de esas instituciones y ONG, viajes, etc., poco quedará para ese «empoderamiento»; y en segundo, porque nos parece más justo, más sensato  necesario que se gaste aquí, en España, contribuyendo, entre otras cosas, a que:

 El Estado pague audífonos a personas que los necesitan y no tienen recursos para comprarlos, como son una gran parte d nuestros mayores;

  • – El Estado pague las gafas a esos mayores;
  • – El Estado pague las dentaduras a esos mayores;
  • – El Estado contribuya a pagar las becas de comedores de colegios, a miles de niños que este año se han quedado sin ellas;
  • – El Estado construya más geriátricos, pues desde hace muchos años en España sólo se amplían salas para paritorios;
  • – El Estado construya o subvencione plazas de residencias;
  • – El Estado contribuya a dar vales o cupones -como, por ejemplo, se hace en Gran Bretaña- para la compra de productos alimenticios para niños y frutas y verduras, para aquellas familias que carecen de recursos;