Guinea Ecuatorial
Daniel M. Oyono (12/9/2010)daniel-oyono
La lucha continúa y debe continuar más que nunca. El objetivo único de la lucha es, hoy por hoy, echar del Poder al déspota criminal de Obiang Nguema. Hay que echarle del Poder con todas las consecuencias y con todos los medios disponibles y formas posibles.

Después del fusilamiento a sangre fría de nuestros cuatro compatriotas, que vienen a sumarse a los miles y miles de otros guineanos asesinados con toda impunidad, con la complacencia, e incluso alguna complicidad, de aquéllos con intereses contrarios a  nuestros intereses nacionales, aliados del corrupto dictador para perpetuar la explotación indiscriminada del petróleo y otras riquezas de nuestro País, marginando al pueblo guineano.

La lucha para desalojar al tirano del Poder debe reorientarse y entrar en otras dimensiones con acciones concretas y determinadas.

Es intolerable el terror y la violencia permanente que sufre la mayoría de nuestro Pueblo; es intolerable que un repugnante criminal, ladrón y corrupto, continúe en pleno 2010 fustigando, exportando el terror, secuestrando a nuestros hermanos en otros Países como Nigeria, Gabón, Benín, Ghana, Camerún, Costa de Marfil y llevándolos a Guinea Ecuatorial para torturarlos y luego matarlos con total impunidad.

La malversación del dinero público para sobornar a individuos y autoridades corruptas de ésos Países, es el vehículo que le sirve al tirano para llevar a cabo su «política». Los Presidentes de ésos Países y sus gobiernos, no deben tolerar la violación de su soberanía por el déspota de Guinea Ecuatorial para subvertir el orden y la autoridad y cometer acciones criminales. ¿Por qué os dejáis comprar, corromper con el dinero sanguinario del petróleo, escupiendo vuestra dignidad?  Yo, como guineano, me siento profundamente indignado.

Después de los bárbaros fusilamientos ordenados personalmente por el déspota,

Ninguna voz de condena se ha escuchado de los grandes gobernantes democráticos del mundo occidental, ni tampoco de los medios de comunicación  tradicionales, autodenominados «independientes», excepción hecha de algunos digitales, entre los que destaca, espacioseuropeos.es, un periódico muy activo, combatiente y sin complejos, a la hora de defender los derechos humanos y las causas justas por doquier en el mundo mundial.

Quizá, esto podría contemplarse en un mundo moralmente real, pero, desgraciadamente, nos encontramos en un mundo virtual, hipócrita y falto de valores morales, donde hacer negocios con un sanguinario salvaje como el teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, con los suculentos e inmorales beneficios bañados en sangre que comportan. Actuar así parece ser que es más atractivo que la defensa de los valores como los derechos humanos, la libertad, la justicia y la lucha por la democracia, sobre todo, cuando se trata de negros y ante la apetencia desenfrenada de la codicia del dinero y del petróleo ensangrentado. Está visto, nuestro petróleo les es más rentable que nuestras vidas.

Ante esta hostil actitud de las democracias occidentales por las reivindicaciones y la lucha hacia la democracia de nuestro Pueblo, debemos comenzar también a hacerles la vida imposible en nuestro País y contra sus hasta ahora tranquilos intereses y quienes los representanpalacio-de-obiang-en-malabo; no pueden seguir durmiendo y haciendo fiestas, burlándose de nosotros. Deben saber y sentir  por todos los costados que existimos.

Más que nunca, se ha demostrado con su complicidad ante el fusilamiento de nuestros cuatro compatriotas, que los actuales inversores en Guinea Ecuatorial y el déspota, defienden los mismos intereses sin fisuras. Es decir, tanto unos como otros, sus intereses son UNO; el enemigo para ellos es el pueblo de Guinea Ecuatorial y sus derechos democráticos.

La resistencia nacional debe ser ya imparable con acciones puntuales y concretas, libremente seleccionadas en el camino hacia la consecución de nuestros objetivos nacionales legítimos. Debemos acabar ya con la cosmética política pasiva, cuando emplean constantemente contra nosotros la violencia, y nadie dice nada, nadie protesta ni nos defiende. Más de treinta y dos años después, con miles y miles de muertos, es una sangría intolerable.

Dos cosas nos han quedado bien claras tras tantos años de padecimientos:

Primero, que la sangre de los hermanos mártires cuya vida ha sido sacrificada vilmente a traición y sin posibilidad de defensa, porque ese cobarde nunca da la cara y siempre ataca por la espalda. Esa sangre nos sirve de estímulo para proseguir la lucha por nuestra dignidad nacional y la democracia.

Segundo, que el déspota, su familia y los componentes de su gobierno y su régimen en su conjunto, están acobardados y tienen miedo, lo que les incita a torturar y a matar. Sin corazón, tienen el alma entregada a la hechicería y vendida al diablo con la mente y conciencia totalmente corrompidas.

Llego así a las siguientes reflexiones, sobre todo, después de escuchar con atención a mis compañeros del Comité Director del Partido y a varios compatriotas y amigos, españoles y de otros Países.

a) Nadie tiene derecho a matar y quitar la vida a nadie; menos aún por medio de acciones de terror, ilegales, desplegadas desde la jefatura de Estado, donde debería concentrarse la legitimidad representativa del Estado. Desgraciadamente en el caso de Guinea Ecuatorial, la jefatura del Estado está usurpada por un criminal y ladrón.

b) Condenamos enérgicamente el fusilamiento cobarde y salvaje de nuestros compatriotas Juan Abeso Nsue, Manuel Ndong Andeme, Jacinto Micha Obiang y Alipio Ndong Asumu, fusilamientos llevados a cabo en presencia del propio tirano.

c) Por si le quedaba alguna duda a las naembajada-de-guinea-en-espanaciones democráticas y a sus gobernantes, sobre la naturaleza cruel y deliberadamente satánica e inhumana del criminal teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, el fusilamiento repugnante de nuestros cuatro compatriotas, lo ha dejado bien claro. Sólo sus cómplices y socios económicos  y políticos seguirán sembrando dudas al respecto, desplegando esfuerzos inútiles como vergonzosos para  tratar de ocultar la verdad.

d) El teniente coronel Teodoro Obiang Nguema, su familia, su gobierno y su régimen de terror corrupto, deben saber que el odio, la violencia y tanta sangre guineana que están derramando día tras día desde hace más de treinta y dos años, tiene un gravísimo coste que tendrán inevitable e ineludiblemente que hacer frente delante de nuestro Pueblo y de la comunidad internacional. No podrán burlarse de la acción de la Justicia terrenal y divina. Hemos llegado a un convencimiento profundo de que Obiang y los suyos, son desgraciadamente, irrecuperables para la nueva sociedad democrática guineana; son un cáncer maligno extendido que no queda más remedio que extirpar de raíz.

Finalmente, hago un riguroso llamamiento a la responsabilidad de todos los verdaderos combatientes por la libertad, la justicia, la igualdad y la democracia de Guinea Ecuatorial, que se encuentran dentro y fuera del País, para que permanezcamos vigilantes y preparados dentro de nuestras posibilidades (porque también entre la Oposición hay muchos infiltrados, falsos opositores y agentes del dictador), para defendernos enfrentándonos con valentía a las criminales acciones del cruel dictador que está desplegando contra nosotros.

En la actualidad las fuerzas que pululan alrededor del dictador, tienen puestos sus bárbaros ojos en nosotros. Pues también nosotros, siempre bajo la protección del Señor, tenemos la obligación de responder por igual a quienes atenten contra nuestras vidas sin dejarnos sorprender.