Bruselas/Guinea Ecuatorial
espacioseuropeos.com (25/1/2011)
zapatero-y-obiangLa noticia está dando la vuelta al mundo. Hoy ha sido la cadena Univisión la que se hace eco del informe de Human Rights Watch (HRW), en el que «saca los colores» a Occidente. De acuerdo con ese informe, los países petroleros de África «escapan ampliamente de las críticas de Occidente pese a prácticas represivas y una corrupción generalizada», lamentó el pasado lunes la asociación Human Rights Watch (HRW), «llamando a no renunciar a los valores democráticos en favor de los intereses económicos», según la misma fuente.

De acuerdo con el informe de esta ONG, presentado ayer en Bruselas, los «países occidentales hacen la vista gorda cuando se trata de denunciar especialmente los abusos cometidos por las autoridades», y cita a Nigeria y Angola como dos de los países donde esa circunstancia es más evidente. 

En la mayoría de las ocasiones los gobiernos occidentales se muestran «dubitativos» a la hora de criticar a los gobiernos donde el «deterioro de los derechos fundamentales, como la libertad de expresión e información», para proteger sus intereses económicos.

«Corrupción», «violación de los derechos humanos», «abusos policiales generalizados», «malversación de recursos petroleros»  e «impunidad» son algunas de las características comunes a esos países africanos

Respecto a Guinea Ecuatorial, el informe de HRW afirma que «reina la corrupción, la pobreza y la represión». Washington -afirma la ONG estadounidense-, cuyas «empresas dominan el sector petrolero, se contentó de tomar algunas medidas contra el régimen, mientras que España, ex potencia colonial, rechaza por lo general ejercer toda presión».

Esta bien que algunas ONGs se prodiguen ahora en informes de este calibre -ya era hora-, pero España no es que rechace  «por lo general ejercer toda presión», es que ayuda al dictador Obiang Nguema. Le ayuda con periódicas visitas a Malabo de delegaciones de diputados, con sostener financieramente el «aparato burocrático» de su gobierno y con constantes ayudas a través de la AECI (Agencia Española de Cooperación Internacional) y diversas entidades (Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y Universidades) dependientes del estado español.