Sin Acritud…
Manuel Funes Robert (17/1/2011)china
La vigencia política de ambas doctrinas con preponderancia de una de las dos escuelas en contra de la otra ha causado a la humanidad sangre, sudor y lágrimas. Y esta colisión ruinosa y sangrienta no nace de las enseñanzas de los dos grandes maestros, Smith y Marx sino del radicalismo de los intérpretes de uno y de otra.

El liberalismo, con su fundador Smith pone de relieve la grandeza del mercado y su beneficio para todos como si una mano invisible encauzara la libertad hacia lo mejor. Pero esta visión del mercado es compatible y normalmente simultánea con que los beneficiados por el liberalismo estén al mismo tiempo explotados por los dueños a título privado de los medios de producción, con lo cual a los maltratados, el liberalismo les reduce las cargas al reducir los déficits; al contrario, los que están gozando de los bienes de la libertad pueden estar siendo al mismo tiempo explotados vía salario.

Ninguno de los dos maestros han dicho cosas distintas sobre un mismo tema, sino que cada uno ha puesto su talento al servicio del descubrimiento, uno de los males y otro de los bienes del mercado. Y cuando dos autores observan un mismo fenómenos y se especializan en ver lo bueno y el otro en ver lo malo, lo que han hecho inadvertidamente es dividirse el trabajo a la hora analizarlo. La suma de las dos visiones supone el estudio completo del mercado.

Un ejemplo grandioso de lo anterior es el caso de China. Durante decenios los hombres de Mao sacaron del Estado todos los bienes posibles, que lo son cuando el poder del Estado es total y conseguida la revolución derivada de la aplicación máxima del marxismo han vuelto a aplicar el liberalismo en forma intensa. ¿Conclusión?  Los chinos han enseñado al mundo  la posibilidad práctica de beneficiarse de ambos sistemas, simultanea o sucesivamente y con ello China al par que ha hecho progresos increíbles ha descubierto al mundo la complementariedad de ambos movimientos.