Sáhara Occidental
Salvador Pallarès-Garí (15/3/2011)trinidad-jimenz
La Sra. Ministra de Exteriores del Reino de España, ha afirmado con vehemencia, que la comunidad internacional no puede dejar sola a Libia. Ha reclamado, con prisas también, la rápida actuación para que los rebeldes libios no pierdan la guerra. Para que el dictador Gadafi no la gane.

Esta diligencia no es la misma que invocan para defender a otro pueblo, el saharaui, que hace mucho más tiempo que sufre la represión genocida que ahora denuncian en Libia. Con el agravante que, en el caso del Sáhara, la misma ONU que ahora invocan, dice, sentencia, que el responsable administrativo del territorio es el Reino de España.

Es curioso, por otra parte, observar como el gobierno que representa la Sra. Jiménez, hace unos días, afirmaba que, en Marruecos, no se producirían revueltas, porque era un país democrático, que había hecho las reformas necesarias… aquí defienden al dictador (que, curiosamente, considera que hay que hacer reformas).

¿Qué hay en Libia que no hay en el Sáhara Occidental? ¿Petróleo y gas?
En el Sáhara Occidental también hubo bombardeos sobre población civil. Las fuerzas armadas (con material «made in Spain») continúan actuando contra la población civil todavía hoy. Hay desaparecidos, hay torturas, campos de minas antipersona, expolio…

La diferencia es que el Sáhara es responsabilidad directa del Reino de España.

Es curioso comprobar que la comunidad internacional no pasaba de las palabras de censura mientras se producía el bombardeo de población civil (y esperaba que la revuelta también se llevara por delante a Gadafi como a los otros líderes ya caídos); y, ahora que ven que éste puede no caer, temen las represalias (¡el gas y el petróleo!) y se afanan en pedir acciones que apuntalen la revuelta. Acciones que, obviamente, después querrán cobrar (¡el petróleo y el gas!).

En Marruecos, las cosas están atadas y bien atadas, al menos eso creen en la Moncloa.

Otra curiosa diferencia: el cerrojazo informativo de Mohamed VI de noviembre pasado no fue censurado, el de Mubarak, el de Gadafi, sí. ¡Qué malos que son! Algunos.

Tal vez la diferencia la marque la dignidad de los verdaderos defensores de la democracia y de los derechos humanos.