España
Adelaida Gómez (6/7/2011)ESPAÑA PARTIDOS PSOE
El vicepresidente primero del Gobierno y Ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anda estos días más que nervioso. Se ha lanzado a una camapaña electoral como candidato del PSOE, aunque hasta el 9 de este mes no será elegido, y lo ha hecho con un carte-invitación donde la calva se oculta.

Como ahra va de izquierdas, acusando a sus amigos los banqueros de tener la culpa de la crisis, el carte-invitación es de fondo rojo-rojo. Y lo firma Alfredo P. Rubalcaba, candidato a la Presidencia del Gobierno de España.

Su otrora contrincante, la nacionalista catalana, la de «Todos somos Rubianes», Carme Chacón, se ha ido -el viajecito de marras nos cuesta  una pasta a los españoles- a visitar a nuestros soldados de la operación ´en apoyo y defensa de los buques atuneros que faenan y trajinan con bandera vasca´ en aguas de vaya usted a saber de quién. Se ha ido para recobrar imagen y que no la vean llorar por haber  tenido que renunciar a ser candidata a la presidencia de España.

Pero Rubalcaba, como digo, anda más que cabreado. Hace unos días su compañerro de partido y ex jefe, Felipe González, le consejaó  salir del Gobierno «ya». Con destreza boticaria, Alfredo le respondió a González que se ahorre los consejos que el sabe lo que tiene que hacer. Él, Alfredo, quiere seguir de Vicepresidente, de Ministro, pero no perder poder operativo. Poder de control.

Para aguar más la fiesta al candidato, aparece el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, comentando en público que en unos días habrá importantes noticias sobre Alfredo P. Rubalcaba. El ministro ugetista, el de la PSV, aludió a que el actual Vicepresidente podría abandonar el Complejo de La Moncloa, y todos los cargos, para dedicarse en exclusiva a lo de ´candidato´.

Nada más conocer esas declaraciones, Alfredo saltó como impulsado por un resorte. Al Candidato no le sentó nada bien que Valeriano hiciese ese comentario sobre su supuesta salida del Gobierno.  Ni corto ni perezoso, descolgó su teléfono para llamarle…

Tras los breves minutos que duró la perorata de Alfredo, en la que no faltaron gritos y ciertos hepítetos,  las piernas de Valeriano Gómez sufrieron el síndrome de la «moto», que suele afectar a los montañeros, y que consiste en un repentino e incontrolable temblro de una o de las dos piernas.