mauricio-vicentLa Habana (Cuba)
espacioseuropeos.com (6/9/2011)
El gobierno cubano retiró la acreditación de prensa a Mauricio Vicent, corresponsal del diario El País y la Cadena Ser en La habana por ofrecer una «imagen parcial y negativa» de la realidad cubana, según la nota de prensa de la cancillería de Exteriores.

El diario El País recogió así la noticia: «El Gobierno cubano ha retirado la credencial de prensa al corresponsal de EL PAÍS y la cadena SER en La Habana Mauricio Vicent, quien en los últimos 20 años ha cubierto para este diario los principales acontecimientos informativos que han tenido lugar en la isla»

El periodista recibió la noticia tras ser convocado por el Centro Internacional de Prensa (CPI), que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, donde le informaron que su acreditación de prensa no sería renovada.

El Grupo PRISA ha rechazado los argumentos del gobierno cubano, ya que «considera que la decisión de retirar la acreditación de Mauricio Vicent es un atentado contra la libertad de expresión e información, además de evidenciar la incapacidad del régimen cubano para comprender el papel de los medios de comunicación, en particular de un medio extranjero».

Desde hace más de un año las autoridades cubanas se negaban a renovar la credencial del corresponsal del diario El País y la SER, situación un tanto embarazosa, pues Vicent no podía asistir a las conferencias de prensa oficiales, aunque le permitieron seguir en la isla.

La FAPE (Federación de Asociaciones de Prensa de España) y Reporteros sin Fronteras han mostrado su solidaridad con el grupo PRISA. En concreto, la FAPE ha exigido la renovación de la credencial al periodista represaliado, a la vez que «condena la decisión del Gobierno de Cuba de no renovar el permiso de trabajo al corresponsal del diario El País y de la cadena SER en la isla desde hace dos décadas, Mauricio Vicent«.

Por su parte, la ministra de Asuntos Exteriores de España, Trinidad Jiménez, y el embajador español en Cuba, Manuel Cacho, han llevado a cabo varias gestiones -todas ellas sin éxito- para que el gobierno cubano reconsidere su decisión.

La semblanza que ofrece el diario El País de su corresponsal no coincide con la de otros medios, por  ejemplo, con la del digital El Insurgente, que opina que «Es probable que Mauricio Vicent si no fuese hijo del afamado escritor y columnista Manuel Vicent, sería un trabajador asalariado de cualquier sex shop al uso. El caso es que este personaje que se hace llamar periodista lleva años difamando a la revolución cubana. Sus crónicas obedecen a los intereses de sus jefes del Grupo Prisa, un anticomunismo burdo sazonado con ínfulas de escritor del tres al cuarto. Desde  hace años, las personas de izquierda no entendía el inmerecido respeto que el gobierno cubano tenía hacia este personaje. Han soportado insultos, mentiras y consejos para que el país tomara la senda liberadora del capitalismo y la modernidad, hasta que en las últimas horas se han hartado de este individuo que enarbola la bandera de la «libertad de expresión» para ejercer de agente contrarrevolucionario».