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Manuel Funes Robert (19/9/2011)
Ha llegado la oferta definitiva por la que estamos luchando desde España  y desde estas páginas. Y ha llegado simplemente, porque no hay otra, porque es incruenta, gratuita y de efecto inmediato. Porque el problema que vive el mundo es una insuficiencia global de liquidez porque las gentes no aceptan que el oro se pueda sustituir por el papel.  Dificultad aparente que tiene el refuerzo de que los intereses privados financieros ven en ese cambio la mayor amenaza a sus intereses que siempre estuvieron ligados a que el dinero fuera algo escaso y caro. Y el papel puede hacer el milagro de que sea abundante y barato.

Condición necesaria y en general suficiente para que sea abundante y barata la oferta de cosas.

Lo que debía haber sido una noticia trascendental y llenar las primera paginas, se ha convertido en una noticia secundaria que ni siquiera por coincidir con una reunión de los grandes, ha merecido atención incluso cuando a esa reunión se ha presentado sin ser llamado el Secretario del Tesoro de EE UU para detallar y ofrecer en persona el magnífico plan.

Prefieren seguir hablando de Grecia, la cual dentro del esquema europeo no tiene salvación, pues o se hunde si no recibe ayuda o se hunde por el precio que tiene que pagar para recibir la ayuda. Cuando lo más fácil sería aprovechar la oferta y pedirle de entrada que ofrezca la liquidez en dólares o en euros que Grecia necesite para saldar sus deudas sin tener que asumir nuevos sacrificios. Pero no hay tal. Ni siquiera se  plantean el tema  y siguen erre que erre con que Grecia o pague o haga nuevos sacrificios que ya llevan al país al borde del estallido social.

Y todo, ¿por qué? Porque el poderío de los mercados, dueño de nuestro BCE, no admite ninguna solución que no sea el sacrificio contable, no para resolver el problema sino para animar a los mercados asegurándole la ganancia en sus préstamos.

Habíamos apuntado otra solución en mi artículo anterior igualmente útil: la compra de bonos basura por nuestro BCE, inyectando con ello la liquidez que el sistema necesita y tiene al alcance de la mano. Ahora tienen dos ofertas, esta descrita y la oferta de liquidez ilimitada que siete bancos centrales ofrecen a Europa, cuando valdría la acción de uno solo de ellos, el nuestro.

Ni siquiera se ha discutido la oferta porque se quiere pasar sobre ella de puntillas y que el silencio acabe con la idea. No se rinde Obama, que aprovechará la reunión de la Asamblea General de la ONU para intentar de nuevo que los agobiados por la crisis acepten el inmenso regalo que se les ofrece sin tener que pagar nada por ello, pues se trata simplemente de adaptar la liquidez mundial a las necesidades del mundo real.