Grecia
espacioseuropeos.com (1/2/2012)ninos-pobres
El fantasma del hambre se ha incrustado en la sociedad griega. A pesar de que el país heleno tiene una tasa de paro menor que la de España y que el número de personas consideradas pobre es más bajo que el de nuestro país, lo cierto es que el gobierno griego se ha visto obligado a repartir comida en los centros escolares para tratar de atajar la desnutrición que acosa a muchos niños y jóvenes.

El pasado mes de diciembre informamos de que en Grecia la crisis económica y política ha hecho renacer el fantasma del hambre. La noticia no tuvo excesivo eco, más bien escaso, pero la situación se ha ido agravando y ya no se puede ocultar. Los primeros casos fueron detectado por algunos profesores que descubrieron que algunos alumnos se desmayaban por desnutrición. Pero, la maquinaria de ocultación comenzó a funcionar. Un maestro que denunció alguno de esos casos fue acusado de «querer calumniar al Gobierno».

Pero, los casos comenzaron a ser más numerosos. Y el Estado se vio obligado en algunos centros de zonas más humildes a dar «cupones» de comida por valor de 2 ó 3 euros para los alumnos de escuelas de regiones con altos porcentajes de pobreza.

De nuevo la noticia ha saltado a los medios de comunicación, pero ahora con más fuerza. El gobierno griego ha reconocido la situación y ha comenzado a entregar más «cupones», que se pueden canjear por leche, bollos, galletas, bocadillos o algunas frutas.

Hoy ha comenzado ese reparto de «cupones» en los centros escolares de barrios marginales de la región de  Ática en Atenas. Los gastos de esta campaña, que a nosotros nos parece vergonzosa, va a ser sufragada por la Iglesia, instituciones públicas y empresas privadas.

Nos parece vergonzoso que una nación europea como Grecia se encuentre en esa situación, y encima se eche la culpa a la «crisis económica», cuando los culpables han sido la nefasta y corrupta clase política, empresarios sin escrúpulos y la banca. Y, también, aunque en menor medida, gran parte de la sociedad griega que no se solidariza con sus compatriotas. Es muy habitual en Grecia, que empresarios, trabajadores liberales y todo el que puede, se inserte en la «economía sumergida». Y luego viene lo que viene.

Ya se sabe, después de Grecia va España y Portugal.