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espacioseuropeos.com (21/6/2012)
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas ha reducido a la mitad las raciones de alimentos de los refugiados que viven en los campamentos de cuatro países africanos por falta de financiación. Los recortes ya han afectado a 16.000 personas en Malaui, que reciben la mitad de comida desde marzo y a 120.000 en Uganda, que lo hacen desde mayo. Recientemente se han dividido a la mitad las raciones de alimentos de los refugiados de Tanzania y pronto sucederá lo mismo en Ruanda.

«Incluso con la ración completa no teníamos suficientes», dice al medio Irin Sanky Kabeya, una residente del campamento de Dzaleka en Malaui. «No he tomado desayuno esta mañana y la mayoría están en la misma situación».

Michelle Cartere, la directora del Servicio de Refugiados Jesuita en Malaui, dijo que los recortes «conducían al hambre». «Soy testigo de que los niños llegan a la escuela con hambre», añadió Cartere.

Algunos refugiados consiguen pequeños ingresos con negocios informales fuera de los campos, pero la población local, que a menudo está también empobrecida, no ve esto con buenos ojos y es fuente de conflictos. Aún no se ha determinado el impacto de los recortes en las raciones, pero hay ya informes que hablan de que cada vez hay más mujeres que utilizan el sexo para sobrevivir.

El portavoz del Programa Mundial de Alimentos, David Orr, ha declarado que los donantes son cada vez más reacios a asumir la carga alimentaria de los refugiados de larga duración. En el campo de Dzaleka, por ejemplo, muchos refugiados llevan más de diez años.

N. de la R.
Esta noticia se publica con la autorización de Mundo Negro.