Juan Torres López
Juan Torres López

España
Juan Torres López (5/8/2012)
Siempre me he sentido a gusto siendo andaluz, incluso a pesar de tantos prejuicios y estereotipos como hemos de soportar (hace unos días me decía un dirigente del gobierno catalán que los andaluces somos conformistas y la razón que daba es que no habíamos aplicado ya los recortes que ellos han realizado en sus servicios públicos). Siempre me he sentido unido a mi tierra y haría lo que fuese necesario por defenderla. Y mi ser andaluz, como un hecho diferenciado y singular, me lleva también a sentirme español plenamente y sin menoscabo de nada.

Por supuesto, muchas veces me he sentido orgulloso de serlo y de formar parte del pueblo andaluz. Así me sentí, por ejemplo, hace unos pocos días, cuando asistí a una mesa redonda en la que participaban los consejeros de Salud de Cataluña, de Castilla La Mancha y la de Andalucía. Los dos primeros justificaban el desmantelamiento de los servicios sanitarios en sus comunidades básicamente con argumentos ideológicos mientras que nuestra consejera defendió el servicio público y lo hizo con argumentos y datos que ninguno de ellos supo responder ni replicar. Me sentí orgulloso de ser andaluz y de que una persona así esté al frente de un servicio tan importante para el bienestar de las personas. No estoy de acuerdo con todo lo que ha hecho esa consejería en los últimos tiempos, pero creo que es obligado reconocer que las pretensiones que se marcan y lo que está consiguiendo en Andalucía es fundamentalmente acertado y muy positivo, sobre todo, para la población de menos renta.

Pero, desgraciadamente, eso no ocurre siempre. Hace unos días leía en la prensa que en Málaga se había descubierto que algunos responsables del gobierno andaluz en aquella provincia habían hecho un listado de los funcionarios que trabajan en ella aludiendo en cada caso a si estaban o no afiliados al PSOE de cara a promocionarlos en la administración andaluza (más información aquí). Todavía siento vergüenza e indignación. La administración pública debe funcionar con criterios profesionales y se debe promocionar a las personas que tengan más conocimientos, méritos y capacidad, con independencia de sus ideas políticas. Lo demás es puro caciquismo que solo lleva a la ineficacia y al despilfarro.

Es vergonzoso que a algún responsable político se le ocurra semejante forma de actuar pero lo peor es la respuesta de los partidos que gobiernan Andalucía. Los dirigentes del PSOE incluso lo han justificado, y los de Izquierda Unida no parece que hayan hecho mucho (además de denunciarlo a primera hora) teniendo en cuenta que forman parte del gobierno andaluz. Incluso la que parece presunta responsable del listado ha sido ratificada de nuevo como delegada de la Junta en Málaga. ¡Aquí no ha pasado nada!

Sé que eso ocurre en otras comunidades, o que posiblemente lo hagan en mayor medida otros partidos. Pero eso no es excusa. Me da igual. No quiero que en mi tierra ocurra en ningún caso y con esto me basta para rechazarlo. Por eso creo que los dos partidos gobernantes en Andalucía han desperdiciado una ocasión de oro para demostrar que están verdaderamente dispuestos a regenerar nuestra vida política y a terminar con el clientelismo y el enchufismo, los viejos hábitos de gobierno que nos mantuvieron durante décadas en el subdesarrollo. Al menos a mí, me han hecho sentir rabia y vergüenza.

N. de la R.
Este comentario,  que también pueden ver en  ´Ganas de Escribir´, se publica con la autorización del catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres López.